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Aunque tu conexión preste un máximo de 100 ó 300 Mb, por ejemplo, es posible que tu WiFi esté ofreciendo una velocidad muy por debajo de estos valores. Pero no sólo es cuestión de velocidad, sino que a la conexión WiFi le pueden afectar problemas de otros tipos, como cortes o una señal débil. Y aunque existen otros parámetros que se pueden tener en cuenta en la correcta configuración de una red, es muy probable que los problemas de tu WiFi tengan que ver, simplemente, con las antenas del router.

Como sabrás, el router WiFi puede tener una o varias antenas de diferente longitud, aunque en la mayor parte de los casos será de unos 5 centímetros. Estas antenas tienen una potencia limitada, y pueden ser direccionales u omnidireccionales. Lo más común es que sean omnidireccionales, y nos permiten modificar su posición para escoger una inclinación que nosotros queramos. ¿Tienes las dos antenas verticales? Este es el primer error.

Las antenas del router y su posición, un problema para el WiFi

Aunque la mayor parte de los usuarios creemos que la mejor colocación para las antenas es mantenerlas verticales, lo cierto es que no es así. Un truco para conseguir mejor cobertura es colocarlas perpendiculares la una a la otra. Y es que, de esta forma, conseguimos que concuerde la polarización con todos nuestros dispositivos, que pueden tener su antena en orientación verticual u horizontal. Aunque no vamos a conseguir multiplicar la velocidad, esta colocación para las antenas de nuestro router WiFi sí va a conseguir que todos los dispositivos funcionen correctamente, y que consigan captar más señal.

Por otro lado, debemos tener en cuenta las especificaciones de nuestras antenas, y es que algunas emiten señal con mayor potencia y, por lo tanto, nos darán mejor servicio para distancias más largas y obstáculos que pueda haber entre el router y el dispositivo conectado. Podemos encontrar antenas alternativas desde los 5 euros, y sin duda es una buena opción para mejorar las prestaciones de nuestra conexión WiFi doméstica.