a12logggor-modified-1
LOS NUEVOS USUARIOS REGISTRADOS DEBEN DE PRESENTARSE  PARA VER TODO EL FORO EN
PRESENTACIONES DE NUEVOS USUARIOS

Scotland Yard: origen y ocaso de su “line of duty”

Iniciado por melli77, Abr 06, 2023, 12:24:16

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

melli77

El demoledor informe de la funcionaria Louise Casey volvió a sumir en el más absoluto descrédito a la Policía Metropolitana de Londres al señalar que se ha convertido en un reducto de "racismo, misoginia y homofobia"



La Policía Metropolitana de Londres, más conocida por el nombre de su primera ubicación, Scotland Yard, nació en un clima de desconfianza por parte de los ciudadanos, que en aquella época, 1828, veían a los policías como esbirros de los monarcas. Hoy vuelve a enfrentarse, esta vez por méritos propios, al más absoluto descrédito.

No es una frase hecha, sino un hecho contrastado frente al que en ocasiones los escritores se sienten "pequeños". Por mucho que exageren en su imaginación a la hora de contar una historia basada en hechos considerados posibles pero altamente improbables, siempre terminan quedándose cortos frente a lo que la realidad acaba mostrando. Así, el sobrio informe de 360 páginas realizado por una funcionaria británica, Louise Casey, sobre cómo están las cosas en la mítica Scotland Yard ha hecho palidecer a los guionistas de series como Line of Duty (En cumplimiento del deber) que llevan años, temporada tras temporada, escribiendo tramas en las que miembros del citado cuerpo policial se venden a la corrupción y a la delincuencia. A veces, incluso la protagonizan o tienden un manto de silencio sobre corruptelas y sobornos relacionados con organizaciones criminales.

Por eso, a diferencia de las series policiacas estadounidenses donde el departamento de Asuntos Internos está siempre, al parecer, en manos de rencorosos policías que "incordian" a sus valientes compañeros que se juegan la vida en las calles, en Line of Duty, el protagonismo recae sobre los integrantes del departamento de anticorrupción interna (AC-12), encargado de eliminar las manzanas podridas que deshonran la profesión. Y nunca lo tienen fácil. Sus investigaciones se encuentran plagadas de los obstáculos que los propios mandos, más interesados en tapar que en descubrir, les ponen a cada paso. En definitiva, en el AC-12 son ellos los "incordiados". También, según se ha comprobado, los buenos.

Informe Casey

En la realidad, el informe realizado por Louise Casey ofrece un balance mucho más brutal que la existencia de polis malos aquí y allá o de altos mandos intentando encubrirlos para salvar, con perdón, su trasero. Tras meses de investigación, por fin independiente, el citado informe concluye que la Policía Metropolitana está, sencillamente, "rota y podrida". Toda ella. De hecho, los íntegros, que por supuesto los hay, han sido quienes durante años han tenido que guardar silencio para no salir mal parados, utilizados como cabezas de turco en aquellos casos donde otra investigación, la periodística, descubría un escándalo después de lidiar con la peor cara del corporativismo. Scotland Yard se ha convertido en un reducto de "racismo, misoginia y homofobia", funciona con la mentalidad de "un club de chicos" y ha perdido totalmente la confianza de los ciudadanos, concluye el devastador dosier que la alta funcionaria hizo llegar a Downing Street y que ha hecho temblar los cimientos de Londres.

"Es algo espantoso que genera ira, frustración y vergüenza", reconoció tras leer el informe el comisario-jefe Mark Rowley, que hace un año recogió el testigo de Cressida Dick, la mujer que arruinó definitivamente la reputación de la policía londinense tras casos espeluznantes como el del agente Wayne Couzens, que secuestró, violó y asesinó a la joven Sarah Everard en 2021, o el del policía David Carrick, acusado de 85 delitos sexuales y violaciones a doce mujeres amparado por su placa y su uniforme. El documento denuncia igualmente que más de 800 agentes fueron investigados por abusos sexuales y que la cultura de la intimidación se practica desde las más altas esferas: los recién llegados tienen que pasar por "rituales" como dejarse orinar encima en las duchas.


David Carrick, el acusado de agredir sexualmente a una docena de mujeres.

Pérdida de valores

"No es una pregunta retórica, señora", asegura el subcomandante Hastings, jefe de la AC-12 que retrata Line of Duty, a la jefa de la policía cuando está a punto de ser "jubilado" y ver desmantelado su equipo, "¿Qué nos ha pasado?", repite, "¿Cuándo dejaron de preocuparnos la honestidad y la integridad?". Al parecer, en la vida real hace mucho tiempo. Y en un país donde la policía nació entre la desconfianza del pueblo, la nueva pérdida de confianza que admitió Rishi Sunak tras recibir el informe Casey supone un terrible golpe del que la policía de la metrópolis tardará, si es que se ponen los medios para rehabilitarla, muchos años e incluso décadas en recuperarse.

Y no hablamos únicamente de la policía que custodia la capital o de la que es, junto al FBI, la policía más conocida del planeta. Scotland Yard es, además, la principal fuerza policial del Reino Unido, prestando apoyo y servicios en todo el territorio, con tareas únicas para su jurisdicción, como coordinar y encargarse de las operaciones de contraterrorismo en todo el país, proteger a la familia real británica, a los miembros del Gobierno de Su Majestad y a otras personas de importancia. También custodian las embajadas y lugares emblemáticos, como el Palacio de Westminster, Downing Street o el concurrido aeropuerto de Heathrow, entre muchos otros.

Polémicos y complejos orígenes

El desembarco en las calles de los primeros agentes de Scotland Yard fue recibido por los vecinos con recelo. Hasta entonces, el pueblo londinense asociaba el término "policía" a los esbirros de los monarcas encargados de sustentar su tiranía y le costó aceptar que, de pronto, su misión fuera la de proteger al ciudadano. Para su fundador, Robert Peel, el nuevo cuerpo de seguridad tenía que ser, según sus palabras, "un perfecto sistema de policía que concuerde con el carácter de una nación libre". Ese delicado concepto de libertad individual sobre el que se había fundado la sociedad británica fue, precisamente, el principal escollo a la hora de "armar" a quienes a partir de entonces velarían por la seguridad de una ciudad a la que castigaba cada vez más la delincuencia. Y el proceso hasta su creación fue complejo.

Por fin, el 19 de junio de 1828 se aprobó la ley que había de permitir la fundación de Scotland Yard. La nueva policía custodiaría todo Londres a excepción de la City, distrito administrativamente aparte, y el primer manual policial de los agentes establecía que "el servicio a la sociedad debe ser la gran motivación". Y esto, en una época de fuerzas puramente represivas, fue sin duda algo revolucionario. Por primera vez en la historia de Inglaterra, las autoridades creaban una policía profesional cuya principal labor era "la prevención" del delito. Por eso, pese a la peligrosidad del Londres de la época, el único equipamiento de aquellos hombres consistía en un sonajero de madera - sustituido en la década de 1880 por un silbato - y una porra. Las armas de fuego habían sido descartadas, al considerarlas un instrumento inapropiado para unos agentes cuyo cometido era servir a la sociedad.

Reflejo en la literatura

El detective de ficción Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle a finales del siglo XIX, solía dejar en desventaja a Scotland Yard, cuyos detectives acudían a consultarlo para resolver sus casos. Holmes cuestionaba los métodos rigurosos pero rutinarios de los investigadores de Scotland Yard y los consideraba incapaces de desplegar un pensamiento inductivo. Su inspector Lestrade aparecía como un individuo de pocas luces que siempre requería la ayuda de Sherlock Holmes para resolver sus casos y esa puja de ficción no hizo sino popularizar más a la policía londinense, aunque no fuera para bien. Por supuesto, Arthur Conan Doyle no era muy querido en la Policía Metropolitana y la coincidencia temporal con los crímenes no resueltos de Jack el Destripador hizo que esa imagen de ineficacia policial se instalara en la opinión pública.

Del mismo modo ocurrió con Hércules Poirot, detective ficticio creado por Agatha Christie. Ella, al igual que Conan Doyle, perfiló un detective independiente que siempre resolvía los casos antes que el inspector jefe Japp, de Scotland Yard. Por el contrario, Charles Dickens se convirtió en "el mejor relaciones públicas" de los bobbies. Fascinado por la recién creada profesión de detective, Dickens, genio de la literatura victoriana e incansable periodista, escribió una serie de artículos publicados en el diario Household Words tras acompañar en sus rondas nocturnas a algunos de los primeros integrantes de un Scotland Yard que, recién fundado, daba tambaleante sus primeros pasos. "On duty with Inspector Field", uno de los mencionados artículos, fue de hecho la carta de presentación de Charles Frederick Field, amigo del escritor británico e integrante de la recién creada fuerza policial. En él se inspiró Dickens para dar vida al inspector Bucket de su novela "Casa desolada", una de sus obras más profundas y aplaudidas por la crítica.

El declive y un negro futuro

El actual periodo decadente de Scotland Yard empezó, como suele ocurrir en general, con un recorte inmenso en su presupuesto. Desde 2010, cuando David Cameron puso en marcha las políticas de austeridad, con Theresa May como secretaria de Interior, los presupuestos policiales se han recortado un 18%, empezando por la reducción del número de agentes. Sin embargo, en esa misma época, la criminalidad experimentaba un repunte del 30% en Inglaterra, especialmente en Londres. Ya en Downing Street, Theresa May volvió a hacer recortes reduciendo a mínimos históricos el número de bobbies que patrullaban las calles londinenses, a pesar de las imperantes denuncias de quienes estaban al frente de la seguridad en las calles, muy lejos de los despachos de los políticos.

La corrupción se extendió al tiempo que se limitaban los recursos destinados a la investigación de los corruptos. Fue la tormenta perfecta: un clima de hastío, una especie de "sálvese quien pueda", se extendió por las comisarías dejadas a su suerte. O, más bien, en manos de los bravucones y buscavidas que se veían cada vez más impunes. El resultado recogido en el dosier de Louise Casey era, por tanto, lo que podía esperarse y el daño a la institución, hoy por hoy, insalvable. La clásica imagen del afable bobby de ronda por el barrio ha dejado paso al recelo general de la gente hacia Scotland Yard. Vuelta al principio.

"El servicio de vigilancia vecinal ya no existe y los problemas con las minorías étnicas se han agudizado", asegura asimismo el informe que recoge cifras impensables de abusos de todo tipo. Por ejemplo, el 12% de las agentes femeninas han reconocido haber sufrido acosos y asaltos sexuales a cargo de sus compañeros, que se divertían lanzando bolsas de orina sobre sus coches-patrulla o dejando juguetes sexuales sobre sus tazas de té. A los casos de sexismo se añade el racismo institucional en un cuerpo de seguridad en el que la inmensa mayoría de sus 32.000 agentes es de raza blanca y donde a los "diferentes" no se les hace la vida demasiado fácil. El documento recoge ejemplos como el de un oficial sij a quien le rasuraron la barba a la fuerza o el de un agente musulmán que solía encontrar bacon en sus botas.

El alcalde de Londres Sadiq Khan, que forzó en abril del 2022 la dimisión de Cressida Dick, la primera mujer al frente de Scotland Yard, ante el aluvión de casos de abusos policiales, considera que "el informe Casey marca uno de los días más oscuros de la Policía Metropolitana", pero asegura que ahora lo importante es que se aproveche "esta oportunidad para reformar nuestro sistema policial" y no descarta la división de Scotland Yard en varios departamentos, una de las recomendaciones con la que concluye el informe de Louise Casey. Siempre, eso sí, que la grave situación económica por la que atraviesa el país no acarree más recortes. Porque, guste o no, siempre es necesario vigilar al vigilante.

Lo sentimos pero no tienes permiso para ver el contenido, (Exclusivo para usuarios registrados y presentados).Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
  •  

Powered by EzPortal