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La paranoia de Puigdemont: lleva siempre un chaleco antibalas y tiene un 'probador de comidas'

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, vive en Waterloo con el miedo permanente a que alguien intente acabar con su vida. Por este motivo, el político fugado ha tomado una serie de llamativas medidas para evitar ser envenenado o asesinado.

Como si se tratara de un César de la antigua Roma, el expresidente hace probar a los agentes que se encargan de su seguridad cualquier comida que le parezca sospechosa. En concreto, el diario ABC cuenta que el último domingo de 2018, unos admiradores quisieron obsequiarle con una caja de pastelitos de Rasquera, comprados en la famosa pastelería Piñol Puig.

Para no parecer descortés, Puigdemont abrió el regalo, pero no se comió ninguno de los célebres pastelitos, sino que llamó a uno de los miembros de su seguridad para que lo probara antes por si estaban envenenados. "Al ser tan dulces es más fácil que el veneno no se note", señaló a uno de sus colaboradores.

Pero la cosa no acaba ahí, el político fugado lleva desde hace meses un chaleco antibalas cada vez que abandona la seguridad de su mansión en Waterloo. Este sería el motivo por el que parece haber engordado en sus últimas imágenes en Bélgica.

Este conjunto de paranoias, obsesiones y excentricidades ha hecho que muchos de sus colaboradores duden de su cordura, incluso algunos han bautizado su residencia en Bélgica como 'Maniac Mansion', donde sufre "constantes crisis y desconfianzas".

Una de "sus más íntimas colaboradoras desde que se fugó, Elsa Artadi, ha decidido abandonar el Govern, para no quemarse con las excentricidades de Puigdemont y Torra, y presentarse de número dos de Quim Forn al Ayuntamiento de Barcelona en las próximas elecciones municipales".

jjejejejejejejeje lo que hace el personal para darse importancia jejeejeeejeje cuando ya no se acuerda nadie de el salen cosas para que lo recordemos