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Prigozhin advirtió este miércoles que una nueva revolución, similar a las de aquel año, podría desalojar del poder a Putin por su fracaso en la guerra en Ucrania.

El jefe de la compañía de mercenarios Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, advirtió este miércoles que Rusia se puede estar encaminando a un nuevo 1917, al admitir el fracaso de la campaña militar de Vladimir Putin en Ucrania. Prigozhin señaló que su país podría vivir una revolución similar a las de 1917 y perder la guerra en Ucrania a menos que la élite se tome en serio la guerra.

El líder de los mercenarios denunció que mientras los hijos de la élite del país exhiben su vida de lujo en las redes sociales, "a la gente de a pie les devuelven sus hijos en ataúdes de zinc, despedazados". "Y no hay que pensar que son cientos, ahora son decenas de miles de familiares de muertos. Y seguramente serán cientos de miles", agregó. Un "doble rasero", que a su juicio, "puede terminar como en 1917".

¿Pero qué sucedió en 1917? Ese año supone un hito crucial en la historia de Rusia y del mundo en general. Durante este año, ocurrieron eventos de gran importancia que tuvieron un impacto duradero en el desarrollo político, social y económico del país. El 1917 ruso se refiere específicamente a los sucesos que llevaron a la Revolución Rusa y a la caída del régimen zarista.

El 1917 ruso comenzó con una profunda crisis política y social en el país. El Imperio Ruso, liderado por el zar Nicolás II, se encontraba sumido en la Primera Guerra Mundial, una guerra costosa y devastadora. El pueblo ruso, cansado de los años de conflictos, sufrimientos y escasez, comenzó a manifestarse en las calles exigiendo cambios y mejores condiciones de vida.

En febrero de 1917, estalló la Revolución de Febrero, también conocida como la Revolución de 1917 o la Revolución de Marzo, que culminó con la abdicación del zar Nicolás II. Este evento marcó el fin de la autocracia zarista y estableció un gobierno provisional encabezado por líderes políticos moderados.

El gobierno provisional, sin embargo, no pudo resolver los problemas fundamentales que aquejaban al país. La guerra continuaba, la economía se deterioraba y las demandas de la población no eran satisfechas. Mientras tanto, en el ámbito político, los bolcheviques, liderados por Vladímir Lenin, ganaban influencia y promovían una revolución más radical.

En octubre de 1917, los bolcheviques llevaron a cabo la Revolución de Octubre, también conocida como la Revolución Bolchevique o la Revolución Roja. Mediante un golpe de Estado, tomaron el control del gobierno y establecieron el primer Estado socialista del mundo: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esta revolución marcó un cambio de paradigma en la política mundial y tuvo un impacto profundo en el siglo XX.

Bajo el liderazgo de Lenin, los bolcheviques promulgaron una serie de reformas radicales. Nacionalizaron la industria y la tierra, implementaron políticas de redistribución de la riqueza y abolieron la propiedad privada. Además, pusieron fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial mediante la firma del Tratado de Brest-Litovsk en 1918.

El 1917 ruso también fue testigo de una feroz guerra civil que se prolongó hasta 1922. Durante este conflicto, los bolcheviques se enfrentaron a una serie de facciones antirrevolucionarias, conocidas como los "blancos". La guerra civil fue extremadamente violenta y costó la vida de millones de personas, dejando al país devastado.

La Revolución Rusa y el establecimiento de la URSS tuvieron un impacto profundo en el desarrollo político y social del siglo XX. La URSS se convirtió en una superpotencia mundial y promovió la expansión del comunismo en otros países. Su ideología y modelo político influyeron en el surgimiento de movilizaciones revolucionarias en todo el mundo, y también generaron una fuerte oposición por parte de las potencias capitalistas.

A nivel interno, la Revolución Rusa transformó radicalmente la sociedad rusa. Se implementaron políticas para la educación y alfabetización de la población, se promovió la igualdad de género y se estableció un sistema de seguridad social. Sin embargo, también se impuso un régimen autoritario con un control centralizado del poder y una represión política hacia aquellos considerados como enemigos del Estado.

El 1917 ruso no solo tuvo repercusiones políticas y sociales, sino también culturales. La revolución trajo consigo una explosión artística y cultural conocida como el "vanguardismo ruso". Los artistas, escritores y músicos experimentaron nuevas formas de expresión y desafiaron las convenciones establecidas. Este período vio el surgimiento de grandes figuras como Vladimir Mayakovsky, Kazimir Malevich y Sergei Eisenstein, cuyas obras influyeron en la escena artística internacional.

A pesar de los esfuerzos por establecer un sistema socialista, la URSS enfrentó desafíos significativos a lo largo de su historia. La colectivización forzada de la agricultura en la década de 1930 provocó hambrunas y la pérdida de millones de vidas. Durante la Segunda Guerra Mundial, la URSS sufrió enormes pérdidas humanas y materiales, pero finalmente emergió como una de las potencias victoriosas.

La Guerra Fría, que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial, fue un período de tensión geopolítica entre la URSS y las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos. Durante esta época, la URSS compitió con Estados Unidos en todos los ámbitos: política, economía, tecnología y deportes. Sin embargo, el sistema político y económico soviético mostró signos de agotamiento y rigidez, lo que llevó a la crisis y posterior disolución de la URSS en 1991.

El 1917 ruso, y los eventos que le siguieron, dejaron un legado duradero en Rusia y en el mundo. La Revolución Rusa inspiró movimientos revolucionarios y cambios políticos en muchas partes del globo. También generó debates y controversias sobre los méritos y defectos del socialismo como sistema político y económico.

Hoy en día, Rusia es una nación con una historia compleja y diversa. Aunque el socialismo ya no es el sistema dominante, la memoria del 1917 ruso y la era soviética aún resuenan en la identidad nacional y en el discurso político del país. La Revolución Rusa es recordada como un momento de transformación y lucha por la justicia social, pero también como un período de represión y sufrimiento.