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CURIOSIDADES DE LA HISTORIA

Iniciado por papo1, Mar 12, 2023, 08:23:38

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Naomi Parker Fraley, la mujer que se esconde detrás del icono feminista "we can do it!"

La imagen original carecía del matiz feminista y estaba destinada a elevar la moral de las mujeres que habían ocupado los trabajos de los hombres durante la Segunda Guerra Mundial.

la imagen ilustra como ninguna otra las reivindicaciones de igualdad y de empoderamiento femenino y se reproduce centenares de miles de veces cada 8 de marzo en las manifestaciones que reivindican la igualdad de derechos: una mujer de ojos azules, mirada firme y cabello recogido con un pañuelo rojo a lunares blancos que se arremanga su camisa azul y nos muestra sus músculos en tensión. Sobre el fondo amarillo destaca la silueta femenina y una proclama sencilla y directa, "We can do it!", nosotras podemos hacerlo.

El cartel hace referencia a atributos históricamente asociados a la masculinidad, el trabajo en la industria pesada y la fuerza física y desde hace décadas ha sido adoptado por los movimientos feministas de todo el mundo porque refleja una idea muy cara, las mujeres pueden realizar cualquier actividad igual o mejor que los hombres. Pero cuando nació, en 1942, el póster no fue ideado como un símbolo feminista ni fue visto como tal hasta cuatro décadas después.

Es más, la icónica imagen tuvo también una modelo de carne y hueso: Naomi Parker Fraley. Esta mujer cuya foto inspiró el anuncio, murió el 20 de enero de 2019 en Washington a los 96 años. Curiosamente, ni el autor del cartel conocía a la persona que había lo inspirado ni la modelo supo que era su imagen la que había servido de patrón hasta bien entrado el siglo XXI

PROPAGANDA PATRIÓTICA
Este célebre cartel de propaganda bélica fue obra de J. Howard Miller y su protagonista es un icono del patriotismo, "Rosie, the riveter", la remachadora, una de las patriotas americanas que se hizo cargo de los trabajos en la industria y en todo tipo de espacios que los hombres habían abandonado para acudir al frente durante la II Guerra Mundial.

En 1942, Miller realizó el cartel para Westinghouse Electric como una imagen inspiradora para levantar la moral de las trabajadoras de la compañía. Eran miles las mujeres que entonces trabajaban en la industria pesada norteamericana permitiendo que el país siguiera funcionando cuando casi todos los varones estaban combatiendo en Europa durante la II Guerra Mundial. Estas mujeres eran conocidas como Rosies, por Rosie the Rivetier, un símbolo nacido de una canción que explicaba como ella estaba trabajando para su país, mientras su novio luchaba en el frente contra los nazis.

Pero no solo trabajaban en la industria civil, también fabricaban el armamento que usaban sus hijos y maridos al otro lado del Atlántico. Este era el caso de Naomi Parker, que trabajaba en la base aeronaval de Alameda, en California.

Procedente de una familia trabajadora, Naomi vivía en Alameda cuando Japón atacó Pearl Harbor en 1941 en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Este ataque supuso la entrada definitiva de Estados Unidos en la guerra tras varios meses de conjeturas. Una gran cantidad de hombres partieron hacia el frente, y en consecuencia muchas mujeres se incorporaron al mercado laboral para suplir la falta de mano de obra.


Dos mujeres trabajan en un bombardero de la Douglas Aircraft Company durante la Segunda Guerra Mundial. Fuente de inspiración de la figura de Rosie the Rivetier.

FEMINISTAS AL RESCATE
Así, Naomi Parker, junto con su hermana y miles de mujeres, se convirtieron en la nueva fuerza económica pujante de los Estados Unidos y el cartel de J. Howard Miller en un símbolo de ello. Sin ella saberlo, Miller se inspiró en una foto de Parker trabajando en la zona donde se reparaban y remachaban las piezas de los aviones. El cartel del "We can do it" estaba destinado a elevar a ser usado para la Westinghouse Electric y no tenía ninguna connotación feminista.

Nadie se fijó en la icónica imagen tras finalizar la II Guerra Mundial y no fue hasta 40 años después cuando los movimientos feministas la rescataron para su causa. A partir de la década de 1980, la "Rosie, the riveter" del cartel fue rescatada, su imagen difundida a nivel mundial y comenzó la búsqueda de la persona que habría inspirado el personaje. Entonces apareció la fotografía de Parker y durante muchos años, se atribuyó a otras mujeres el papel de musa para el cartel del famoso "We can do it!".

Naomi Parker fotografiada trabajando en la base aeronaval de La Alameda, la imagen que dio origen al cartel del "We can do it!".

Durante décadas fue erróneamente atribuida a Geraldine Hoff Doyle, una trabajadora metalúrgica de Michigan. Sin embargo hace pocos años una investigación demostró que la imagen del inspirador pasquín, usado todavía hoy para muchas de las reinvindicaciones feministas actuales, había sido la de Naomi Parker Fraley.

HISTORIA OCULTA DEL FEMINISMO
En 2009, cuando Naomi Parker entró en una exposición el Parque Histórico Nacional Rosie the Riveter / World War II Home Front, en Richmond, California, y vio que la chica de la fotografía que se relacionaba con el cartel era ella misma y no Gerlaldine Hoff.

A partir de la década de 1980, la "Rosie, the riveter" del cartel fue rescatada y comenzó la búsqueda de la persona que habría inspirado el personaje.

A partir de entonces quiso reclamar su identidad, pero nadie le hizo mucho caso hasta que en 2015, James J. Kimble, profesor de comunicación en la Universidad de Seton Hall, que desde hacía años cuestionaba la atribución de la fotografía a Hoff Doyle descubrió en un periódico de 1942 la imagen, cuyo pie de foto decía: "La guapa Naomi Parker parece que se va a pillar la nariz con el torno de torreta que está operando".

LA REIVINDICACIÓN DE LAS ROSIES
La fotografía se había publicado en el Pittsburgh Press, donde vivía Miller, en la época en que trabajaba en el cartel. Pero la imagen nunca se encontró en la colección del artista, así que Kimble señaló que el vínculo con Fraley no era del todo seguro. Aún así, desde entonces, Naomy Fraley es señalada como la verdadera Rosie the Riveter del "We can do it!".

Naomi, Geraldine y muchas mujeres han reivindicado su papel de "Rosies" tras el fin de la II Guerra Mundial, incluso se ha creado una asociación al respecto. la imagen, reinterpretada y redistribuida millones de veces, forma parte de la historia del feminismo contemporáneo y ha sido usada por las luchadoras de todas partes del mundo, añadiendo matices, culturales, religiosos o políticos muy diversos a la Rosie blanca y norteamericana original.
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La religión que nació de una visita al dentista
Curiosidades de la historia


13  L Ron Hubbard (Los Angeles Daily News)
Los Angeles Daily News

10 de marzo de 2023 · 16:34

En 1938 Lafayette Ron Hubbard, un escritor de novelas de ciencia ficción, se sometió a una extracción dental en la que fue anestesiado con una mezcla de óxido nitroso y oxígeno. Por desgracia, el dentista se equivocó con la concentración de óxido nitroso y le suministró una dosis demasiado potente que le provocó una experiencia cercana a la muerte.

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Cuando se recuperó, Hubbard dijo haber sentido "un gran mensaje que debía transmitir" a los demás, se sentó delante de su máquina de escribir y tecleó incansablemente durante casi una semana entera. El resultado fue Excalibur, un manuscrito en el que describía las ideas fundacionales de lo que años más tarde se convertiría en la Cienciología, un corpus de creencias que mezclaban religión y supuestas dosis de terapia basadas en el estudio de traumas acontecidos en vidas pasadas.

Hubbard creía que tenía un método para curar todos los trastornos de conducta, desde la depresión y la esquizofrenia hasta comportamientos psicopáticos; y presentó sus "investigaciones" a varias asociaciones psiquiátricas, pero todas lo rechazaron. Finalmente su editor aceptó publicar en 1950 su libro Dianética, que aunque fue tildado de fraude por los profesionales y la prensa, obtuvo un notable éxito comercial y le llevó a transformar sus ideas en una religión, que denominó Cienciología.
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los byakkotai, la historia del suicidio de veinte samuráis adolescentes
Tras de la caída del shogunato en 1867, las fuerzas aún leales al shogun Tokugawa Yoshinobu se enzarzaron en una guerra contra el nuevo Gobierno imperial, pero sufrieron una derrota decisiva. Finalmente, en el curso del ataque al castillo de Aizu, un grupo de jóvenes samuráis integrados en una unidad llamada Byakkotai cometió seppuku (suicidio ritual) al creer erróneamente que habían perdido la batalla.

Santuario de los guerreros Byakkotai en la colina de Limori, en la prefectura de Fukushima.

japón es uno de los lugares del mundo que, sin duda, ofrece un mayor atractivo turístico para el visitante, y no solo por sus tradiciones, su arquitectura, tanto antigua como moderna, sus innumerables y singulares tribus urbanas, a cual más sorprendente, o su incomparable gastronomía. Japón contiene asimismo innumerables rincones envueltos en el misterio, que atren poderosamente la atracción del visitante deseoso de emociones.

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Uno de estos lugares misteriosos se encuentra en la prefectura de Fukushima, concretamente en la colina Limori, donde se alza una columna romana traída de Pompeya y que fue un regalo del dictador italiano Benito Mussolini al Imperio del Sol Naciente en 1928. Este curioso monumento se erigió, así, para rendir homenaje a un grupo de samuráis adolescentes que se quitaron la vida precisamente en aquel lugar en el siglo XIX. Los conocidos como Byakkotai.



Columna procedente de Pompeya, que fue regalada por Benito Mussolini al Imperio japonés en 1928.
FIDELIDAD AL SHOGUNATO
La historia tiene su origen en la conocida como guerra Boshin, un conflicto que dividió al país durante los años 1868 y 1869, y que enfrentó a los partidarios del shogunato de Tokagawa y a quienes querían devolver el poder político al emperador, reducido a un mero comparsa. En el año 1867, Tokugawa Yoshinobu se convirtió en el decimoquinto y último shōgun, y para sofocar los continuos levantamientos de los daimyō (señores feudales) contra su poder, Yoshinobu acabó contratando los servicios de militares franceses, aunque lo que consiguió fue el efecto contrario: ponerlos en pie de guerra con la ayuda de Gran Bretaña.

La guerra Boshin fue un enfrentamiento entre los partidarios del shogunato de Tokagawa y los que querían devolver el poder político al emperador.


Monumento en memoria de los Byakkotai en su santuario de Limoriyama, en la prefectura japonesa de Fukushima.

Así, bajo el lema Sonnō jō ("Reverenciar al Emperador, expulsar a los bárbaros"), los daimyōs de Satsuma, Chōshu y Tosa lideraron una revuelta que terminaría con el derrocamiento de Tokugawa Yoshinobu, el cual se vio obligado entonces a devolver al emperador todo su poder, aunque algunos de sus irreductible seguidores huyeron y crearon la efímera República de Ezo (nombre en japonés de la norteña isla de Hokkaido, donde tuvieron su centro de poder), presidida por el almirante Enomoto Takeaki.

SEGUIR LUCHANDO
En este contexto bélico, entre los meses de octubre y noviembre de 1868 tuvo lugar la batalla de Aizu entre los seguidores del vencido Tokuwaga y el bando imperial. Dicho enfrentamiento se produjo en el castillo de Wakamatsu, también conocido como castillo de Aizu, donde se refugiaron aproximadamente unos 2.000 hombres que juraron lealtad al samurái y noveno daimyō de Aizu, Matsudaira Katamori.

De hecho, Katamori había tratado de congraciarse con el emperador tras haber apoyado en enero de ese mismo año al ejército del shogun derrotado en la batalla de Toba-Fushimi. Pero los miembros del nuevo Gobierno imperial rehusaron escucharlo. En realidad, el Gobierno estaba formado principalmente por miembros de los clanes Chōshū y Satsuma, que desconfiaban totalmente de las intenciones de Katamori y además eran sus acérrimos enemigos.


Imagen de Matsudaira Katamori tomada en el año 1863.

Finalmente, Katamori no vio otra solución que seguir luchando junto al Ōtsuetsu Reppan Dōmei, una alianza formada por los dominios de Mutsu, Dewa y Echigo, que llevaron a cabo un rápido proceso de modernización de sus ejércitos. Fue entonces, cuando una multitud de voluntarios del han (dominio) de Katamori se presentaron en su castillo para cumplir con el obligado compromiso de fidelidad al señor de Aizu.


UN FINAL HONORABLE
Los voluntarios fueron divididos en cuatro unidades, bautizada cada una de ellas con el nombre de un dios protector, y por edades: Genbutai (Unidad de la Tortuga Negra), estaba compuesta por aquellos que tenían más de 50 años; Seiryūtai (Unidad del Dragón Azul), por hombres de entre 36 y 49 años; Suzakutai (Unidad del Gorrión Rojo), por jóvenes de entre 18 y 35, y finalmente estaba Byakkotai (Unidad del Tigre Blanco), en cuyas filas militaban los más jóvenes, adolescentes de entre 16 y 17 años. Asimismo, cada una de estas unidades se subdividía siguiendo un criterio de clase, de mayor a menor rango.

Los voluntarios fueron divididos en cuatro unidades bautizadas cada uno de ellas con el nombre de un dios protector.

Imagen del Castillo de Wakamatsu, en Aizu, en la que pueden comprobarse los desperfectos sufridos durante la batalla.


Los Byakko Taishi (samuráis que componen una unidad) se comprometieron con su daimyō, Matsudaira Katamori, a defender el castillo de Azu. Veinte de estos Byakkotai se dirigieron a la colina de Limori, separados de su unidad. Para su horror, desde allí, equivocadamente creyeron que el castillo estaba envuelto en llamas (cuando en realidad era un pequeño incendio sin importancia) y pensando que no habían sido capaces de cumplir con la palabra dada a su daimyō decidieron cometer seppuku (suicidio ritual). Tras el terrible ritual, los cuerpos sin vida de diecinueve de los jóvenes samurái fueron encontrados por una mujer llamada Hatsu, la cual intentó salvar la vida del único superviviente, un joven de catorce años, Iinuma Sadakichi.

Como escarmiento y aviso contra posibles revueltas, los cadáveres de los jóvenes permanecieron sin recibir sepultura durante un tiempo, e incluso fueron profanados por los soldados imperiales. Finalmente, las autoridades autorizaron su entierro, aunque sin lápidas identificativas. En cuanto al castillo de Aizu, escenario del enfrentamiento, fue derruido en 1874, y su señor, Matsudaura Katamori, se retiró a un santuario sintoísta, donde murió en 1893.

Imagen de Iinuma Sadakichi tomada durante su vejez.


Por su parte, y a pesar de la deshonra que representaba para él ser el único superviviente, Iinuma Sadakichi pudo finalmente rehacer su vida e ingresó en el ejército, al igual que otros compañeros. Iinuma alcanzó el rango de capitán, y cuando se retiró trabajó en el servicio de correos hasta su muerte en el año 1931. Por expreso deseo del propio Iinuma, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas en la colina Limori. Un modo tardío de reunirse definitivamente con sus viejos compañeros samuráis.
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UNA HISTORIA INCREÍBLE

El robo del cerebro de einstein

Tras la muerte de Albert Einstein el 18 de abril de 1955 y de su incineración, su cerebro, cortado en láminas y conservado por el patólogo Thomas Harvey, empezó un rocambolesco periplo de 52 años que terminaría en 2013.



"Cuando escuché por primera vez la historia del cerebro de Albert Einstein pensé que era una leyenda urbana, pues era demasiado rara para ser cierta", recuerda en una conversación con la BBC el escritor norteamericano Michael Paternini, autor de Paseando con Mr. Albert: un viaje a través de EE. UU. con el cerebro de Einstein. Pero en este caso la realidad superaba a la ficción.


UN "ACTO" PARA LA CIENCIA
Cuando en la madrugada del 18 de abril de 1955 fallecía Albert Einstein, el creador de la teoría de la relatividad, debido a un aneurisma aórtico, Thomas Harvey, el patólogo de guardia encargado de realizar la autopsia al cadáver del científico, también pasaría a la historia. Pero no por realizar el examen forense, sino nada más y nada menos que por convertirse en el ladrón del cerebro más privilegiado de la historia, un hecho que a día de hoy sigue estando envuelto en una gran controversia.


En menos de un día, el cadáver de Einstein fue incinerado en una ceremonia privada a la que asistieron sus familiares y amigos más allegados. Las cenizas del científico fueron arrojadas en las aguas del río Delaware, cumpliendo su expreso deseo: "Quiero que me incineren para que la gente no vaya a adorar mis huesos".

Thomas Harvey, el patólogo de guardia que realizó la autopsia al científico, pasó a la historia por ser el ladrón del cerebro más privilegiado de la historia.

Pero lo que no sabían los familiares y amigos de Einstein es que no todo el cuerpo del científico había sido incinerado. Thomas Harvey alegaría que la extracción del cerebro del genio no había sido un "robo", sino un acto "en nombre de la ciencia", ya que serviría para poder estudiar uno de los cerebros más singulares y extraordinarios de la historia de la humanidad.

A menudo, los hospitales se quedan con algunos órganos que consideran de interés para realizar un estudio patológico, pero cuando empezó a rumorearse que el cerebro de Einstein había sido extraído furtivamente y que Harvey no tenía el consentimiento de la familia para hacerlo, el médico se las ingenió para convencer al hijo mayor de Einstein, Hans Albert, para que le dejara conservar el cerebro de su padre, y se comprometió a utilizarlo sólo para fines científicos.

Considerado uno de los científicos más importantes de la historia, Albert Einstein, aquí retratado en 1920, pidió ser incinerado tras su muerte para que "nadie fuese a adorar su huesos".


¿LOCO O BROMISTA?

A pesar de ello, cuando el Hospital de Princeton se enteró de que el patólogo se había quedado con un órgano humano de forma irregular, lo despidió en el acto, pero Harvey, que había sido contratado por la Universidad de Pennsylvania, se llevó consigo el cerebro y lo diseccionó en 240 trozos que conservó en celoidina, una forma dura y elástica de celulosa. Posteriormente creó doce juegos de 200 diapositivas que contenían muestras del tejido cerebral del genio y se las envió a algunos investigadores. Luego dividió las piezas en dos recipientes con alcohol y se las llevó a su casa para esconderlas en el sótano.


Cuando el Hospital de Princeton se enteró de que el patólogo se había quedado con un órgano humano de forma irregular, lo despidió en el acto pero Harvey se llevó consigo el cerebro de Einstein.

Harvey contactó con varios neurólogos de todo el país ofreciéndoles examinar el cerebro de Einstein, pero increíblemente nadie aceptó. La mayoría pensó que Harvey era un lunático o que les estaba gastando una broma pesada. A partir de aquel momento, la vida de Harvey tocó fondo. Su mujer lo acusó de obsesionarse con el cerebro y acabó por abandonarlo dejándolo solo y en la ruina más absoluta.

Finalmente, hubo algunos neurólogos que aceptaron estudiar las muestras, pero su conclusión fue que el cerebro que Harvey les había mandado no era muy distinto de un cerebro normal, ya que el peso del mismo, 1.230 gramos, era incluso inferior al del rango normal para un hombre de la edad de Einstein.

EL RENACER DE UNA HISTORIA
A partir de entonces, Harvey comenzó un increíble viaje a través del país transportando pequeñas muestras del cerebro de Einstein en el maletero de su coche. Como ha contado en más de una entrevista, el ejército estadounidense se puso en contacto con él para hacerse con el cerebro porque al gobierno le preocupaba que la codiciada pieza terminara en manos de los soviéticos, aunque Harvey desoyó la oferta.

En aquella época, el mundo entero estaba pendiente del final de la guerra de Vietnam y del escándalo Watergate, y acabó olvidándose por completo del cerebro perdido de Albert Einstein. No fue hasta 1978 cuando el periodista Steven Levy, del New Jersey Monthly, logró que Harvey le concediese una entrevista. Por entonces Harvey trabajaba como supervisor médico en un laboratorio de pruebas biológicas, y cuando le preguntó si aún tenía el cerebro de Einstein contestó afirmativamente. Contó que lo tenía guardado en su casa, en una caja de sidra que escondía debajo de un enfriador de cerveza.

Diseccionado en 240 trozos conservados en celoidina, una parte del cerebro de Einstein se exhibe en el Mutter Museum of The College of Physicians, en Philadelphia.

La entrevista que Steven Levy le hizo a Harvey se publicó bajo el sugerente título "Yo encontré el cerebro de Einstein", y su repercusión fue tal que fue leída por algunos prestigiosos científicos de la Universidad de Berkeley, entre ellos la neuróloga Marian Diamond. La doctora Diamond se puso en contacto con Harvey para pedirle un fragmento de aquel cerebro que tan celosamente guardaba. Diamond analizó la muestra y en 1985 publicó un estudio en el que sostenía que el cerebro de Einstein tenía más células gliales (cuya función principal es dar soporte a las neuronas) por neurona que una persona normal.

El ejército de Estados Unidos se puso en contacto con Harvey para quedarse con el cerebro porque el gobierno temía que la codiciada pieza terminara en manos soviéticas.

Tras publicarse la historia de Harvey en la revista Science, empezaron a llegarle solicitudes por parte de muchos investigadores para que les enviara pequeñas muestras del cerebro de Einstein (muestras que Harvey cortaba con un cuchillo de cocina que sólo usaba para ese fin). Después, el patólogo enviaba las muestras por correo postal en un frasco de una marca de mayonesa que ingería de manera compulsiva. Años después, la cadena BBC emitió un documental sobre la vida del ya octogenario Harvey, donde se le veía deambulando por el sótano de su casa con un frasco de mayonesa en la mano y cortando una pieza del cerebro de Einstein en una tabla de quesos con su cuchillo de cocina "especial".

LAS CONCLUSIONES DEL ESTUDIO DEL CEREBRO DE EINSTEIN
Thomas Harvey murió el 5 de abril de 2007 a los 94 años de edad después de que, junto a un grupo de colaboradores, publicara un primer estudio en el que se afirmaba que el cerebro del científico tenía una proporción anormal de dos tipos de células, neuronas y células gliales. A ese estudio le siguieron otros cinco que hacían hincapié en las diferencias en las células individuales y en estructuras particulares del cerebro.

Finalmente, los fragmentos que Thomas Harvey aún conservaba del cerebro de Einstein fueron a parar a sus herederos, que tres años después los donaron al Museo Nacional de Salud y Medicina del Ejército de Estados Unidos. Entre aquel material se encontraban 14 nuevas fotografías tomadas desde distintos ángulos, que hasta aquel momento no habían sido publicadas.

Tras la muerte de Thomas Harvey, un estudio reveló que el cerebro tenía unas conexiones nerviosas especialmente buenas. Esto facilitaba la transmisión de información de un hemisferio cerebral al otro, lo que implica, entre muchas otras cosas, los procesos cognitivos.

Los últimos trozos que Thomas Harvey aconservaba del cerebro de Einstein fueron a parar a sus herederos, que tres años después los donaron al Museo Nacional de Salud y Medicina del Ejército de Estados Unidos.

Pero ¿qué hace tan especial al cerebro de Einstein? En el año 2013, un estudio neurológico del órgano pareció encontrar el secreto. Unas conexiones nerviosas inusualmente buenas. Básicamente se trataba del núcleo central de las conexiones que enlaza un hemisferio cerebral con el otro. Este enlace nervioso transmite la información necesaria para la coordinación motora, pero también está involucrado en los procesos cognitivos. Así pues, para terminar esta increíble historia, surge una pregunta que quizá ya se hayan hecho nuestros lectores: ¿Cuántas personas guardan en su casa una pequeña porción del cerebro de quien dedujo la ecuación de la física más conocida del planeta? Y ¿qué pensaría de todo esto el genial científico?
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Por qué el moulin rouge es un molino



El Moulin Rouge es una de las salas de espectáculos más famosas de Europa: fundada en 1889, está a punto de cumplir 150 años y es una de las pocas salas supervivientes del París de la Belle Époque. Pero seguro que muchos se han preguntado en alguna ocasión: ¿Por qué un molino?

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Antes de convertirse en un barrio de artistas, Montmartre era una zona en la que había decenas de molinos de viento, que se usaban para moler grano y maíz, pero también materiales de construcción como yeso y piedra. Esto, junto con el hecho de que se encuentra en una zona elevada de París, le daba a Montmarte un aire rural y pueblerino que contrastaba con la atmósfera bulliciosa de la ciudad, por lo que mucha gente iba allí a relajarse. Con el tiempo, empezaron a aparecer numerosas salas de espectáculos, se convirtió en una zona de ocio nocturno y los molinos fueron desapareciendo.

Los fundadores del Moulin Rouge, Josep Oller y Charles Zidler, tuvieron la idea de abrir una sala que se inspirara en este ambiente propio del antiguo barrio y que, además, fuese fácilmente reconocible; de ahí el color rojo. Para rematar la jugada, el jardín estaba decorado con un enorme elefante. El objetivo era diferenciarse de sus competidores y, ciertamente, lo lograron.
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UNA FIESTA IRLANDESA NACIDA EN FLORIDA

la increíble historia de los orígenes del día de san patricio
El día de San Patricio, o Saint Patrick's Day, es una fiesta irlandesa celebrada en todo el mundo; pero curiosamente no nació en Irlanda, sino en una guarnición española en Florida.


Hay festividades nacionales que traspasan fronteras y acaban siendo un evento internacional; y en el caso de Irlanda esto es lo que ha sucedido con la fiesta de su santo patrono, San Patricio. Saint Patrick's Day se ha convertido en una celebración que poco tiene ya de religioso: pero ni la fiesta, ni la cerveza, ni el color verde estaban presentes en sus orígenes.

De hecho, los orígenes de la fiesta ni siquiera se encuentran en Irlanda, sino al otro lado del Atlántico: el primer día de San Patricio se celebró el año 1600 en una guarnición española situada en Florida. Esta es la sorprendente historia de los orígenes del día de san Patricio.

¿QUIÉN ERA SAN PATRICIO?
San Patricio fue un misionero cristiano que dedicó su vida a predicar su religión en Irlanda. Nació a finales del siglo IV en la isla de Gran Bretaña, en el seno de una familia romana convertida al cristianismo. Cuando tenía unos 16 años su casa fue atacada por saqueadores irlandeses, que lo hicieron prisionero y se lo llevaron a Irlanda, donde transcurrió seis años como esclavo antes de poder escapar y regresar a Gran Bretaña.

Creyendo que Dios le había elegido para cristianizar Irlanda, se unió a la Iglesia y dedicó los siguientes 15 años a formarse como clérigo. En el año 432 fue consagrado como misionero y viajó de nuevo a Irlanda para convertir a la población al cristianismo. Dedicó el resto de su vida a esta labor y cuando murió, en el año 461, Irlanda ya era mayoritariamente cristiana.


Se dice que usó un trébol de tres hojas para explicar a los paganos el concepto de la Trinidad, ya que algunas deidades celtas formaban una triada. Es por ese motivo que se asocia a este santo con el shamrock, un trébol de tres hojas que se ha convertido en uno de los símbolos de Irlanda.

LA PRIMERA FIESTA DE SAN PATRICIO
Aunque San Patricio se celebró en los siglos sucesivos en Irlanda, era una festividad religiosa como tantas otras y sin ninguno de los elementos que caracterizan la celebración moderna. Para encontrar los orígenes de la fiesta de San Patricio, hay que hacer un salto temporal hasta el año 1600 y cruzar el Atlántico hasta Florida, por aquel entonces colonia española; concretamente hasta la guarnición de San Agustín, embrión de la actual ciudad de St. Augustine.

Allí fue donde se celebró la primera fiesta de San Patricio, por iniciativa del padre Ricardo Artur. Este hombre, nacido en Irlanda con el nombre de Richard Arthur, había sido soldado antes de redirigir su vida hacia la carrera eclesiástica. Fue nombrado capellán y viajó a América, donde castellanizó su nombre; sirvió primero en Puerto Rico antes de ser destinado al fuerte de San Agustín, donde llegó en 1597.

El 17 de marzo del año 1600, Ricardo Artur organizó un desfile en honor al santo para pedir una buena cosecha de maíz. Se hizo una procesión llevando la imagen del santo, una celebración festiva pero seguramente contenida, ya que se trataba del periodo de Cuaresma y la bebida y los excesos de comida habrían estado fuera de lugar. A partir de 1631, la Iglesia fijó el 17 de marzo como fiesta de san Patricio de manera oficial.

EL PRIMER SAINT PATRICK'S DAY MODERNO
Pero para hallar los orígenes de la celebración moderna de Saint Patrick's Day hay que dar un nuevo salto temporal hasta el siglo XVIII, en las colonias británicas que al cabo de unas décadas se convertirían en los Estados Unidos de América. Los colonos irlandeses de varias ciudades, como Boston o Nueva York, empezaron a organizar desfiles más festivos en honor a san Patricio. Curiosamente, por aquel entonces en Irlanda esa seguía siendo una fiesta estrictamente religiosa. El primero del que se tiene noticia fue celebrado en Boston en 1737, pero se suele considerar el de Nueva York en 1762 como el primer gran Saint Patrick's Day moderno.

Uno de los primeros elementos novedosos de la moderna festividad fue la introducción del color verde. Hasta 1798 san Patricio era representado por el azul, que era el color heráldico de Irlanda. Pero ese año se produjo una rebelión contra el dominio británico en la isla, en la cual los soldados irlandeses se vistieron con uniformes o prendas verdes: desde entonces ese color pasó a ser asociado con Irlanda y en las celebraciones de san Patricio se instauró la tradición de vestir alguna prenda verde.

San Patricio 2 (Missouri History Museum)
"The Wearing of the Green" es una balada irlandesa que se convirtió en el himno de la rebelión irlandesa de 1798. Literalmente significa "vestirse de verde", lo que se ha convertido en una de las tradiciones del día de San Patricio.

Missouri History Museum
UNA FIESTA RELIGIOSA CONVERTIDA EN OPORTUNIDAD COMERCIAL
A lo largo del siglo XIX la celebración fue ganando popularidad en Estados Unidos, debido al gran número de inmigrantes irlandeses, pero seguía siendo una tradición propia de la diáspora más que de la tierra patria. Esto se debía a la combinación de la estricta observancia de la tradición católica en Irlanda junto con el hecho de que la fiesta cayera en plena época de Cuaresma, con las consiguientes restricciones morales en cuanto a la comida y a la bebida. En Estados Unidos el día de san Patricio se hacía una excepción respecto a las obligaciones religiosas, aunque a las autoridades eclesiásticas no les entusiasmara la idea.

En Irlanda, en cambio, las cosas eran bastante más conservadoras. Al tratarse en origen de una fiesta religiosa, y del santo patrón nada menos, la Iglesia no estaba dispuesta a permitir los excesos y menos aún en tiempo de Cuaresma. Incluso existía una ley que establecía ese día como festivo, con lo cual todos los negocios debían permanecer cerrados, incluyendo por supuesto los pubs; una ley que no fue derogada hasta finales del siglo XX.



San Patricio 3
Algunos no se conforman con llevar algo de color verde y se disfrazan de leprechaun, un duende del folklore irlandés.

De hecho, como otras festividades religiosas convertidas en oportunidades comerciales, fue la presión empresarial, y en particular de la industria de la cerveza, la que terminó convirtiendo el día de san Patricio en lo que es hoy: una fiesta más internacional que nacional, y mucho más popular que religiosa. Algo que el padre Ricardo Artur no podría haber previsto cuando en el año 1600 decidió organizar aquel desfile para pedir una buena cosecha.
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Spanish Girl's Club, el primer equipo de fútbol de mujeres de españa
Un grupo de mujeres quiso dedicarse a este deporte entre la incomprensión y el desprecio de los hombres, pero su prometedora trayectoria se vio truncada por el estallido de la Gran Guerra.


Las jugadoras del Spanish Girl's Club se dividieron en dos equipos para disputar el primer partido femenino de futbol de la historia de España en 1914. El Montserrat, con camiseta blanca, y el Giralda, de rojo.

En los últimos años y especialmente desde el Mundial de 2018, el fútbol femenino ha conseguido llamar la atención lo suficiente como para empezar a aparecer en los medios de comunicación. Como todas las conquistas del feminismo, estos éxitos primerizos a los que asistimos en la actualidad son el resultado de un largo camino de luchas por el reconocimiento de la igualdad en un deporte que tradicionalmente ha estado reservado al género masculino. Este largo recorrido se empezó a andar en España en 1914 bajo un nombre propio que pasaría a formar parte de los anales de la historia: elSpanish Girl's Club, el primer equipo de fútbol femenino de la historia de España.

La España de principios del siglo XX era un lugar hostil para el deporte femenino en términos generales. La figura de la mujer no solo tenía una consideración inferior a la del hombre en el plano físico, sino que estaba muy lejos también de gozar de los mismos derechos civiles. El hecho de que, entre otras cosas, no le fuera reconocido el derecho al voto hasta 1933 es un ejemplo de que no existía igualdad social alguna. Estas diferencias se veían agravadas cuando intervenían las cuestiones físicas de por medio.


Las desigualdades entre hombres y mujeres en la España de 1914 implicaban que la mujer todavía ni siquiera tenía derecho al voto

Si bien empezaron a tomar protagonismo algunas mujeres que destacaban en ámbitos deportivos como el patinaje, el tenis o el esquí, el fútbol era considerado por la gran mayoría un deporte exclusivamente de hombres. Por ello, cuando apareció la oportunidad de crear un equipo de fútbol femenino para un proyecto solidario fueron muchas las voces críticas que se levantaron.

EL EMPUJÓN NECESARIO
En este momento apareció en escena Paco Brú, un ex jugador, árbitro y entrenador de fútbol. Además de haber jugado con la camiseta de la selección española, este defensa había militado en las filas del F. C. Barcelona y del RCD Espanyol. El veterano jugador aceptó el encargo de dar forma al primer equipo femenino del país y preparar a sus componentes para disputar un partido en tan solo 45 días. El encuentro serviría para recaudar unos fondos que el recién creado club, con una sólida organización y una sede oficial situada en el local barcelonés de L'Amistat, destinaría a la lucha contra la tuberculosis.


En 1925, la publicación argentina El Gráfico se hacía eco de un partido de futbol femenino disputado entre el Femina Sport Club de París y el Dick Kerr de Preston, Inglaterra. En la imagen, las dos capitanas se saludan antes del pitido inicial.

El líder de este proyecto que por primera vez otorgaba el protagonismo a las mujeres en el terreno de juego se encontró con muchos obstáculos a la hora de hacer realidad su encargo. Las primeras voces masculinas que se opusieron a los requisitos que Bru consideraba necesarios para completar con éxito el partido fueron las de padres, maridos y hermanos de las jugadoras implicadas. El entrenador estableció como condición indispensable que las mujeres jugasen con ropa cómoda -esto era, pantalón corto- y que tras el partido todas se duchasen en el vestuario, algo que indignó especialmente a los hombres, pues supuestamente tenían que dar permiso para ello. "No permitiré que lleven más ropa interior que unas prendas muy finas con arreglo a las exigencias de la higiene". Así se expresó el entrenador, según contaba años más tarde en un artículo, con la intención de conseguir un grupo unido dentro del campo, del mismo modo que se hacía en los equipos masculinos.

Para el entrenador de las Spanish Girl's, era muy importante que las jugadoras llevaran ropa cómoda y se ducharan tras el encuentro, lo cual era rompedor en la época.

En los días previos se creó cierto revuelo alrededor del encuentro, al que finalmente acudió más público del esperado. Uno de los términos que más se escucharon antes, durante y después entre los asistentes era el de "marimachos", algo quePaco Brú se esforzaba en corregir con el concepto "sportwoman".


El 9 de junio de 1914 el propio Brú dio el silbido inicial en el campo del Espanyol. Se enfrentaban dos divisiones del mismo grupo que formaba el club, el Montserrat contra el Giralda. Algunas de las jugadoras que saltaron al terreno de juego haciendo historia aquel día fueron: Emilia Paños, Concha Ferrer, Dolores, Dorotea Alonos, Juanita Paño, Mercedes Azul, Palermo, Esperanza, Mercedes Queralt y Narcisa Colomer entre muchas otras.

UN RECIBIMIENTO OFENSIVO Y POCO PROFESIONAL
Las crónicas de los periódicos que salieron al día siguiente son un reflejo de lo rompedor que era un proyecto que implicaba a las mujeres en un deporte que hasta entonces era exclusivo de los hombres. En los artículos apenas se hacía mención de las cuestiones futbolísticas. Los relatos periodísticos pasaban por encima de las valoraciones técnicas y tácticas para dedicarse a hacer juicios de valor sobre la ropa de las jugadoras, el estilo de sus peinados o la poca gracia del cuerpo femenino adoptando posturas antinaturales para completar regates, paradas, pases o lances defensivos. Alguna de las publicaciones se refería a las protagonistas como "las niñas futbolistas", "el sexo débil" o las "descendientes de la madre Eva".

Esta es uno de las pocas imágenes que se conserva de Irene González Basanta. Tras las primeras experiencias del Spanish Girl's Club, la suya es una de las primeras historias de una mujer que quiso dedicarse al futbol durante los primeros años del siglo XX en España.


UNA GIRA POR ESPAÑA Y FRANCIA
En los días posteriores a este primer partido estaba prevista una ambiciosa gira del Spanish Girl's Clubque prometía encuentros en otras ciudades como Valencia, Palma, Sabadell o Pamplona, e incluso tenía algunos partidos apalabrados para jugar fuera del país, en el sur de Francia. El periplo español de las jugadoras cosechó grandes resultados, con grandes recibimientos en Sabadell o Mataró. Aunque parecían inevitables los comentarios machistas, cada vez más los mismos periódicos admitían que la calidad de los encuentros y la destreza de las jugadoras aumentaba, y destacaban la creciente afluencia de público.

El último encuentro que se pudo jugar tuvo lugar el 29 de junio de 1914, un día después del asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro, que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial. A pesar de que España se mantuvo al margen del conflicto como país neutral, no escapó a las consecuencias de la gran contienda. Las Spanish Girl's podrían haber llegado muy lejos, pero la gira tuvo que ser cancelada y poco después también desapareció el club.

Terminaba así la primera iniciativa que, quizás sin saberlo, andaba los primeros pasos que permitirían convertir el fútbol femenino en una de las grandes conquistas feministas a lo largo del siglo XX. Antes de la Guerra Civil española hubo otros hitos destacables, como el episodio protagonizado por Irene González Basanta, delantera y defensa que jugó con equipos masculinos, o el de clubes como el Valencia, el Levante o el Atlético, cuyas secciones femeninas disputaron sus primeros partidos al inicio de la década de 1930. La guerra y la posterior represión franquista relegaron todo el deporte femenino en general hasta convertirlo en residual, y no sería hasta la década de 1970 cuando se pueden encontrar auténticos referentes como la apodada Conchi "Amancio", la primera jugadora profesional de futbol de España. Era la segunda fase de una historia que a día de hoy todavía se sigue escribiendo ahora ya con tinta indeleble.
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Conan Doyle, masón y espiritista



Arthur Conan Doyle debe su fama al detective más famoso de todos los tiempos: Sherlock Holmes. Nadie diría que el creador de un personaje que se regía por la lógica y la deducción pudiera haber abrazado creencias en los fenómenos paranormales y en los espíritus.

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Según la creencia popular este interés le sobrevino por la muerte de su hijo Kingsley, pero la verdad es que ya lo había manifestado muchos años antes. En 1887 un conocido suyo le convenció para acompañarle a sesiones de espiritismo, médiums y experimentos sobre telepatía; ese mismo año fue iniciado como francmasón y seis años después se unió a la Sociedad para la Investigación Psíquica, participando en investigaciones sobre poltergeists. En esta fotografía, aparece retratado por la "fotógrafa de espíritus" Ada Deane, supuestamente con la imagen de un espectro.

Las creencias de Conan Doyle se abrieron paso en su obra. En 1926 publicó su novela La tierra de la bruma, segunda parte de la más conocida El mundo perdido, una continuación que gira alrededor de temas espiritistas. También escribió varios ensayos acerca de este tema, siendo el más famoso La llegada de las hadas (1922), en el que recogía los resultados de sus investigaciones sobre entes sobrenaturales. Su personaje más famoso, Sherlock Holmes, sin duda no habría aprobado aquella pasión; y Conan Doyle habría tenido así otro motivo para odiarlo.
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ENFERMEDADES MISTERIOSAS


Una misteriosa y extraña epidemia de baile asoló la localidad de Estrasburgo en julio de 1518. Todo comenzó cuando una mujer llamada Troffea empezó a bailar de manera descontrolada por las calles de la ciudad. Ella fue la primera de cientos de personas que sufrieron esta extraña afección, que las autoridades del momento no supieron combatir. En la actualidad existen varias teorías que podrían explicar su origen, entre ellas la histeria colectiva.

Bailarines de San Juan en Molenbeeck, cuadro pintado por Pieter Brueghel el Joven en 1592.

Aquella mañana del 14 de julio de 1518 era una mañana como cualquier otra en la ciudad de Estrasburgo, en la actual Francia. Pero, de pronto, una vecina de la localidad, a la que las fuentes se refieren como "Frau Troffea", empezó a bailar de manera descontrolada en medio de la calle. ¿Qué le ocurrió? Pues es posible que este sea el primer caso documentado de coreomanía, la conocida como "enfermedad del baile" o el popular "baile de san Vito". Aunque nos parezca sorprendente, este fue un auténtico fenómeno social en la Centroeuropa de los siglos XIV y XVII. Lo que sucedía era que un grupo de personas, a veces miles a la vez, se lanzaban a bailar desenfrenadamente hasta desplomarse de puro agotamiento.

Volviendo al caso de Troffea, esta no podía parar y continuó bailando durante más de cuatro días seguidos, hasta que no aguantó más y acabó falleciendo. Pero lo más curioso del caso es que desde que la mujer empezara a moverse sin control, decenas de personas, incluso cientos, se unieron a un baile macabro que parecía no tener fin y que llevó a la muerte a la mayoría de ellos. Tan singular suceso es conocido como la "epidemia de baile de 1518", y aunque sus causas siguen siendo desconocidas, los investigadores creen que pudo tratarse de un caso de histeria colectiva que habría afectado a un gran número de personas.



Danza Campesina, cuadro pintado por Pieter Brueghel el Viejo en 1568. Museo de Historia del Arte, Viena.

UN EFECTO MISTERIOSO
Desde que la señora Troffea empezara a bailar de aquella manera descontrolada, fueron 34 las persona que se le unieron en una semana, y alrededor de 400 en un mes. Según recogen algunas fuentes históricas, decenas de estas personas sufrieron todo tipo de efectos a causa del inusitado esfuerzo, desde invalidez a ataques epilépticos, infartos, derrames cerebrales o caídas que les acabaron llevando a la muerte.

Desde que la señora Troffea empezara a bailar de manera descontrolada, fueron 34 las persona que se le unieron en una semana.

Grabado de Hendrik Hondius II basado en un dibujo original de Pieter Brueghel el Viejo en el que se ve a tres mujeres afectadas por la epidemia de baile de 1518.

Según iban pasando las horas, todas aquellas personas que no podían dejar de bailar se retorcían de dolor mientras suplicaban que los parasen como fuera. Pero cualquier intento en ese sentido resultó en vano. Cuando uno de aquellos bailarines involuntarios podía ser parado, se calmaba al instante, pero cuando era liberado volvía a bailar de un modo compulsivo. "Se creía que el baile era al mismo tiempo la enfermedad y su cura", asegura el historiador británico John C. Waller que ha investigado el fenómeno en su libro de 2008 A Time to Dance, a Time to Die: The Extraordinary Story of the Dancing Plague of 1518 (Tiempo de bailar, tiempo de morir: la extraordinaria historia de la Epidemia de baile de 1518).

EL FIN DE LA LOCURA
A medida que la "epidemia" de baile iba empeorando, las autoridades de Estrasburgo buscaron el consejo de los médicos de la ciudad, quienes descartaron cualquier causa de tipo astrológico o sobrenatural. Los galenos declararon que la epidemia se debía a una enfermedad causada por un repentino aumento en la temperatura de la sangre conocida como "la enfermedad de la sangre caliente" en la que, según el pensamiento de la época, el flujo sanguíneo podía recalentar el cerebro provocando enfado, fogosidad o incluso locura. Lo que resulta extraño es que en lugar de realizar las tradicionales sangrías o prescribir a los enfermos una severa dieta, la autoridades decidieron que toda aquella gente siguiera bailando, a ver si así lograban desfogarse y parar.

A medida que la "epidemia" de baile iba empeorando, las autoridades buscaron consejo en los médicos de la ciudad.


Festividad de San Jorge alrededor del árbol de mayo. Pintura de Pieter Brueghel el Joven.

Finalmente, las autoridades creyeron haber dado con el remedio: construyeron un escenario en la plaza de la ciudad para que los afectados pudieran bailar con libertad, e incluso contrataron músicos y bailarines profesionales. Pero como era de esperar, la medida resultó un fracaso. Durante las semanas siguientes, los improvisados bailarines fueron cayendo fulminados ante la  mirada atónita de sus vecinos. Al final, de manera sorprendente, aquella "locura" terminó de manera repentina, y los que sobrevivieron dejaron de moverse sin que se sepa porqué.

¿EFECTOS PSICOTRÓPICOS?
Pero ¿cuál fue la causa de aquel extrañísimo fenómeno? Algunas teorías modernas apuntan a una posible intoxicación alimentaria debido a los efectos tóxicos y psicoactivos causados por el cornezuelo, un hongo que afecta a una gran variedad de cereales como el centeno o la cebada, con los que se elaboraba el pan, que resultaba contaminado. La sustancia tóxica es la ergotamina, un alcaloide que segrega el cornezuelo de centeno, cuya estructura estaría relacionada con el ácido lisérgico (LSD).

Teorías modernas apuntan a una posible intoxicación alimentaria debido a los efectos tóxicos y psicoactivos del cornezuelo.


Boda Rústica, cuadro pintado por Pieter Brueghel el Joven. Museo Voor Schone Kunsten, Gante.

Aunque esta hipótesis no convence a todos los investigadores, puesto que el ergotismo (la enfermedad provocada por la ingesta de alimentos contaminados por estos hongos) provoca convulsiones violentas y delirios. Por su parte, Waller sugiere en su libro, entre otras, que una de las causas de aquella "epidemia" de Estrasburgo pudo deberse a un episodio puntual de extrema hambruna y que una de sus fatales consecuencias podría haber sido unas elevadas fiebres que acabaron provocando aquellos movimientos descontrolados en la gente.

En este contexto debemos hacer referencia a una antigua tradición cristiana que  afirma que la ira de San Vito podía provocar plagas de baile compulsivo. Según Waller, este pensamiento, en una época llena de supersticiones, unido además a un trastorno psicogénico masivo (cuando las personas de un mismo grupo se sienten enfermas a la vez), a la angustia y a la sugestión, pudieron, posiblemente, desencadenar aquel cuadro de histeria colectiva. Aunque seguramente nunca conozcamos con certeza las causas de tan singular acontecimiento.
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Ole Kirk Christiansen, el creador de lego, el juego de construcción más famoso del mundo
El carpintero Ole Kirk Christiansen logró crear, a pesar de sus humildes orígenes, uno de los juegos de construcción más famosos del mundo: Lego. Los pequeños "ladrillos" de plástico de colores que lo componen (al principio fabricados de madera) fueron evolucionando con el tiempo hasta alcanzar tal grado de perfección que hoy en día con ellos podemos llegar a hacer las más complejas y fascinantes creaciones.
Biografías


Fotografía de Ole Kirk Christiansen tomada alrededor del año 1958.

El 11 del marzo de 1958 fallecía Ole Kirk Christiansen, un modesto carpintero danés que, gracias a su esfuerzo y tesón, se convertiría con el tiempo en el brillante creador de uno de los juegos más conocidos y seguidos del mundo, el famosísimo Lego. Y es que Ole y su hijo mayor, Godtfred, fueron capaces de inventar un entretenido juego a base de pequeños ladrillos de plástico entrelazados que, conectados entre sí, son capaces de formar estructuras infinitas y fascinantes.

El creador de estos pequeños "ladrillos" mezclaría las palabras danesas leg godt ("jugar bien") para componer el nombre de una de las marcas de juguetes de construcción más exitosas: Lego. Pero aún hay otra curiosidad en torno a este nombre. Tal vez por azar, o tal vez por una buena visión de negocio, la palabra lego tiene también su traducción al latín, idioma en el que significa "colocar juntas".


TRABAJAR CON HUMILDAD Y TESÓN
Ole Kirk Christiansen nació el 7 de abril de 1891 en la población danesa de Filskov. Pese a que su familia era bastante pobre, el joven Ole tuvo una educación secundaria básica para posteriormente empezar a trabajar en una fábrica. Más tarde sería el aprendiz de su hermano mayor Kristian y finalmente se convirtió en maestro carpintero.

Con veinte años, Ole viajó a Alemania y a Noruega, países en los que ejercería su profesión. A su regreso a Dinamarca, con el dinero que había podido ahorrar, Ole adquirió un taller de carpintería y aserradero y lo llamó Billund Maskinsnedkeri og Tømreforretning. Por aquella época (corría el año 1916)se casó la hija de un quesero local llamada Kirstine Sorensen, con la que tuvo cuatro hijos. Pero la felicidad conyugal de Ole duró poco. Kirstine murió poco después de dar a luz a su cuarto hijo.

Con veinte años, Ole dejó Dinamarca para irse a trabajar como carpintero, primero a Alemania y luego a Noruega. A su regreso, con el dinero que había podido ahorrar, Ole adquirió un taller de carpintería y aserradero.


Imagen de los famosos ladrillos de colores de Lego.

Como recordaría años después el hijo de Ole, Godtfred Kirk Christiansen, "mi primera contribución a la empresa, no es que esté orgulloso de ello, fue cuando mi hermano Karl Georg y yo encendimos el calentador de pegamento. Desafortunadamente, algunas virutas de madera se incendiaron y todo el edificio se quemó hasta los cimientos". Esto ocurrió en 1924; la casa y el taller de los Christiansen se calcinaron en cuestión de minutos. Pero aquel revés no desmoralizó a Ole, que contrató a un arquitecto para rehacer de nuevo el edificio en el estilo arquitectónico que estaba en auge en Dinamarca entre los años 1915-1940.

El nuevo edificio era mucho más grande que el anterior y para poder sufragar los gastos que comportaba, Ole se vio obligado a alquilar las habitaciones vacías. El edificio adquirió fama por su gran buhardilla y por los dos leones que flanqueaban la entrada. En la actualidad, forma parte del Grupo Lego y es uno de los pocos edificios originales propiedad de Ole que aún existen en el país.

"SOLO LO MEJOR ES SUFICIENTEMENTE BUENO"
Durante la década de 1930, la Gran Depresión azotó Dinamarca, y el negocio de Ole se vio seriamente afectado por sus consecuencias. A medida que los encargos iban disminuyendo, Ole se dedicó principalmente a la fabricación de pequeños artículos para el hogar como escaleras, tablas de planchar, taburetes, soportes para los árboles de Navidad y pequeños juguetes de madera.

Aquel mismo año, su hijo Godtfred empezó a trabajar en la fábrica y se propuso ampliar la línea de juguetes. En 1932, los Christiansen ya fabricaban alrededor de 28 diseños distintos de juguetes, entre ellos coches, aviones y autobuses. Construían los juguetes en madera de abedul, los lijaban, les daban tres capas de pintura y finalmente los empaquetaban de manera artesanal, lo que les valió una gran reputación. Esa búsqueda de la perfección y la pasión por el trabajo bien hecho se reflejaba en el lema que podía leerse en un cartel situado en la entrada del taller que Godtfred había grabado: "Solo lo mejor es suficientemente bueno".

En 1932, los Christiansen ya fabricaban alrededor de 28 diseños distintos de juguetes, entre ellos coches, aviones y autobuses. Construían los juguetes en madera de abedul, los lijaban y les daban tres capas de pintura.


Dimensiones de algunos de los ladrillos de Lego.

https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2022/03/02/logo-de-la-marca-de-juguetes-de-lego_74a3b670_800x806.jpg
Logo de la famosa marca de juguetes Lego, creada por Ole Kirk Christiansen.

De este modo, con la producción de la empresa familiar centrada únicamente en la fabricación de juguetes, Ole creyó llegado el momento de buscar un nuevo nombre para la empresa. Decidió organizar un concurso entre los empleados de la fábrica para que fueran ellos mismos quienes lo decidiesen.

Al final triunfaría el nombre de "Lego" que se obtuvo tras combinar las palabras "LEg GOdt" que como hemos visto significan "jugar bien". La recién bautizada compañía se puso manos a la obra y los primeros juguetes que fabricó fueron animales de madera entre los que destacó el clásico pato de madera hecho para que los niños tirasen de él, aunque más tarde los Christiansen ampliarían el catálogo añadiendo diseños mucho más complejos.

En el año 1936, la compañía disponía de un amplio elenco de juguetes que constaba de 42 modelos diferentes y Ole elaboró asimismo una guía de diseño para que sus empleados la siguieran de un modo estricto. Pero no todo transcurrió según lo esperado. En 1942, la fábrica sufrió de nuevo un incendio, aunque esta vez la situación económica de Ole le permitió rehacerla y seguir adelante.

UNA INVERSIÓN DE FUTURO
En 1947, Ole Kirk conoció a Hilary "Harry" Fisher Page, diseñador de la fábrica británica de juguetes Kiddicraft. Esta era una empresa juguetera que había patentado unos bloques rectangulares con un conector en la base superior. Aquellos bloques de madera se podían montar y desmontar con gran facilidad, lo que proporcionaba mucha libertad a la hora de crear cualquier modelo.

Fascinado con el invento, Ole decidió apostar por el mismo tipo de bloques, pero hechos de plástico. Fue entonces cuando el juguetero danés compró una máquina de inyección para producir bloques de plástico en masa basados en el diseño de la fabrica británica.Aunque la inversión fue sumamente ambiciosa, ahora la compañía tenía la capacidad de fabricar modelos tanto en madera como en plástico. Pero eso solo sería temporal, puesto que al final Ole y su hijo se decidieron a trabajar única y exclusivamente con el plástico.

En 1947, Ole Kirk compró una máquina de inyección para producir bloques de plástico en masa basados en los modelos de la fábrica británica Kiddicraft.


Reproducción de un Tiranosaurio Rex de ocho metros realizado completamente con piezas de Lego.

Un elaborado Triceratops realizado con ladrillos de Lego.

Los inicios de esta nueva etapa fueron bastante difíciles. En esa época los juguetes de plástico no tenían muy buena prensa, y más aún cuando los ladrillos fabricados por Lego en aquel entonces aún no habían obtenido el encaje adecuado. Fue precisamente en una feria de juguetes, cuando escucharon las quejas de un vendedor, cuando Ole y su hijo mayor descubrieron qué era lo que faltaba a sus juguetes para triunfar. Necesitaban que los juguetes de Lego dieran libertad absoluta al niño a la hora de crear, fueran más seguros y de mejor calidad. Dicho y hecho. Godtfred empezó entonces a investigar la manera de adaptar aquellas ideas a sus ladrillos de plástico, hasta que al final logró crear un producto en el que todos los ladrillos fueran perfectamente compatibles unos con otros.

Así nació Lego Town Plan nº 1 en 1955. A cada ladrillo se le adaptó una unión mediante el uso pequeños tubos, lo que proporcionó al juguete una enorme versatilidad. Al final, la máxima que aún podía leerse a la entrada de la fábrica de los Christiansen parecía haberse hecho realidad. La versión que conocemos actualmente de los bloques de Lego se patentó en 1958, justo el año en que murió Ole Kirk, el fundador de la empresa.

LEGO, UNA EMPRESA CON IMPACTO MUNDIAL
En 1963, la compañía, ya sin Ole, reemplazó el acetato de celulosa por el acrilonitrilo butadieno estireno (material plástico ABS), que es el que se utiliza en la actualidad y es menos propenso a la decoloración y a la deformación, y mucho más resistente al calor. Consolidada ya como una de las compañías de juguetes más importantes del mundo (actualmente está presente en más de 130 países), el 7 de junio de 1968, Lego inauguró el primer parque Legoland, que fue construido en la ciudad de Billund, en Dinamarca (actualmente existen ocho parques Legoland por todo del mundo, como los de California, Florida, Nueva York o Dubái).


Modelo Lego de la ciudad de Ámsterdam en el parque Legoland de Billund.

El 7 de junio de 1968, Lego inauguró el primer parque Legoland que fue construido en la ciudad de Billund, en Dinamarca. Actualmente existen ocho parques Legoland por todo del mundo, como los de California, Florida, Nueva York o Dubái.

Durante el primer año tras su inauguración, el parque de Billund fue visitado por 625.000 personas, y en 1980 los admiradores de los ladrillos de plástico de Lego levantaron allí una torre de trece metros. Pero en la década de 1990, aquella torre se quedó pequeña cuando se construyó otra de veinticuatro metros de altura. Actualmente, Lego se ha convertido en una marca reconocida a nivel mundial, y no solo triunfa con los parques de atracciones, sino también con videojuegos, películas, series, e incluso prótesis funcionales e impresoras braille. Su éxito ha sido tal, que en el año 2000 la Asociación Británica de Tiendas de Juguetes nombró a LEGO Juguete del Siglo. Un honor que seguramente habría llenado de orgullo a su fundador.
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El perro más famoso del madrid del siglo xix

En esta foto, tomada frente al popular Café Fornos de Madrid, se puede apreciar a un perro corriendo en la parte derecha de la imagen. No se trata de uno cualquiera sino de Paco, un can que se convirtió en todo un personaje de la capital entre finales de la década de 1870 y principios de la de 1880.

Paco era un perro callejero, mestizo, que apareció una noche en el Café Fornos buscando algo de comida. Se acercó a la mesa del marqués de Bogaraya, a quien le cayó en gracia: le obsequió con un trozo de carne y lo bautizó como Paco, ya que era el día de san Francisco. Desde entonces Paco acudió con con asiduidad al café, donde siempre conseguía algo de comida gratis; y empezó a frecuentar otros locales de la zona. Con el tiempo se le llegó a permitir la entrada a los teatros y se le dedicaron artículos de prensa, tiras cómicas e incluso polcas. Se lo veía en compañía de escritores como Pérez Galdós y especialmente de Valle-Inclán, por quien parecía sentir preferencia.

Paco también parecía sentir interés por las corridas de toros, algo que acabaría siendo su perdición. Una tarde de junio de 1882 saltó al ruedo durante una corrida, asustando al caballo del novillero; y este, molesto, le clavó una estocada. El público, enfurecido, se lanzó a por el novillero, que se salvó por poco de ser linchado. El empresario teatral Felipe Ducazcal se llevó a Paco para que tratasen sus heridas, pero el perro no logró sobrevivir. Aun así, Paco siguió vivo en la memoria de los madrileños y, desde enero de 2023, tiene una estatua en el número 71 de la calle de las Huertas.
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Elizabeth Taylor fue una de las estrellas más icónicas y longevas de Hollywood, con una carrera de más de 60 años. En su tiempo se la consideró la actriz más hermosa del mundo y, en la era de las superestrellas del cine, eso era una gran ventaja. Entre las características que hacían tan llamativo el rostro de la actriz destacaban, sin duda, sus ojos de color "violeta"... ¿pero eran realmente de este color?

La respuesta corta es que no: técnicamente, no hay personas con el iris de color violeta. Los ojos de Elizabeth Taylor eran, en realidad, azules. Si en sus películas y en el recuerdo popular parecen de otro color era porque su azul tendía al gris y, en ciertas condiciones de iluminación, daban la impresión de ser violetas. Se trata de un caso bastante raro que solo se da en un 2% de la población mundial.

Pero Taylor padecía además una mutación genética que hacía únicos sus ojos: tenía doble fila de pestañas, una rara condición llamada distiquiasis que hacía resaltar aún más sus peculiares ojos. En uno de sus primeros rodajes, Lassie Come Home, el director dijo que llevaba un maquillaje exagerado – por aquel entonces ella tenía once años – y pidió a los maquilladores que se lo quitasen: para su sorpresa, al frotarle la cara descubrieron que no llevaba nada en absoluto y que esa era su mirada natural. Desde entonces, los ojos de Elizabeth Taylor fueron los más codiciados por todos los directores.

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Descubren un tratado perdido de ptolomeo que contiene la descripción más antigua del meteoroscopio
El texto de este tratado perdido del astrónomo griego del siglo II d.C. se encontraba oculto en un documento que fue reutilizado en el siglo VIII d.C. Así, gracias al uso de imágenes multiespectrales, un equipo internacional de investigadores ha logrado recuperarlo. Este tratado se considera el texto más antiguo en el cual se describe íntegramente el meteoroscopio, un importante instrumento astronómico.

El palimpsesto donde se descubrió el tratado perdido de Claudio Ptolomeo. 

La abadía de Bobbio, un monasterio fundado por el santo irlandés Columbano en el año 614, ubicada en la región italiana de Emilia-Romagna, guarda una de las colecciones de manuscritos más importantes de la Alta Edad Media en toda Italia. La abadía no solamente es famosa por esta magnifica colección de textos, sino que además lo es porque en ella se inspiró la abadía que es el escenario de la famosa novela El nombre de la rosa de Umberto Eco, más tarde adaptada al cine por el director francés de Jean-Jacques Annaud.

Hace unos años, en los archivos dicha biblioteca se descubrió un palimpsesto (un manuscrito elaborado a partir de un pergamino ya utilizado anteriormente), conservado ahora en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, que contenía un texto en latín de las Etimologías de san Isidoro de Sevilla. Pero escondido tras aquella inmensa compilación del santo sevillano, que tiene como objetivo condensar todo el conocimiento de su tiempo, se ocultaba algo más: un texto que se creía perdido del astrónomo griego Claudio Ptolomeo.


Grabado que representa al astrónomo griego Claudio Ptolomeo.

BORRADO DE LA HISTORIA
El hallazgo ha sido posible gracias al trabajo llevado a cabo por Victor Gysembergh y Emmanuel Zingg, del Centro Léon Robin (Universidad de la Sorbona / CNRS) y Alexander Jones, de la Universidad de Nueva York. Este equipo internacional de investigadores descubrió que las hojas del pergamino habían sido borradas en el siglo VIII para poder ser luego reutilizadas, destruyendo de esta manera un importantísimo tratado astronómico escrito por Claudio Ptolomeo en el siglo II d.C.

Un equipo de investigadores descubrió que las hojas del pergamino habían sido borradas en el siglo VIII para ser reutilizadas.

Imagen de las Etimologías de san Isidoro de Sevilla (arriba); en la parte inferior, el texto perdido de Ptolomeo.
Veneranda Biblioteca Ambrosiana/Mondadori Portfolio (Archive for History of Extract Sciences)

Así, mediante el uso de imágenes multiespectrales, que han podido lograrse gracias a la ayuda de la empresa Lumière Technology y de un equipo internacional formado por Early Manuscripts Electronic Library (EMEL), Lazarus Project, Rochester Institute of Technology y la empresa MegaVision Inc., Victor Gysembergh, Emmanuel Zingg y Alexander Jones han podido descifrar e interpretar el documento que se creía perdido y que contiene la descripción más antigua que se conoce de un instrumento llamado meteoroscopio, una especie de esfera armilar (instrumento astronómico para determinar la posición de los cuerpos celestes) de nueve anillos, según han explicado en un artículo publicado en la revista Archive for History of Exact Sciences.


UNA ESFERA ARMILAR
Y es que gracias al meteoroscopio, los matemáticos antiguos podían calcular alturas y distancias, y Ptolomeo lo usó específicamente para "mejor precisar los sitios de los lugares y saber las distancias que tenían los uno de los otros y para qué parte estaban situados, si para Septentrión o para Oriente o lo que estaban desviados por algún otro particular respecto o inclinación", según recoge el cosmógrafo e historiador del siglo XVI Alonso de Santa Cruz en su Libro de las longitudes.

Gracias al meteoroscopio, los matemáticos podían calcular con más exactitud las alturas y las distancias.


Reproducción digital de un metereoscopio.
Gysenbergh et al.

"(El texto está) en la intersección de las ciencias naturales y las humanidades y se compone, en particular, de 15 hojas de un manuscrito griego del siglo VI o VII a.C. que más tarde se utilizó para almacenar varias obras", siguen explicando los investigadores en su artículo. De hecho, las 15 hojas comprendían tres obras científicas griegas: una sobre mecánica y matemática de autor desconocido, una obra de Ptolomeo, Analemma, y otra sin identificar, que ha resultado ser este tratado astronómico de Ptolomeo.

"El documento, que tiene lagunas, describe la construcción y el uso de una esfera armilar de nueve anillos, identificable como el meteoroscopio. Este importante descubrimiento arroja nueva luz sobre la historia de la astronomía en la Antigüedad y sobre los inicios de la historia de la ciencia. En particular, proporciona una mejor comprensión del método científico utilizado por los antiguos astrónomos para realizar sus mediciones", concluyen.
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Paco de Lucía, el flamenco hecho arte
Paco de Lucía está considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos y uno de los mayores impulsores de la música flamenca. Con su estilo personal e inconfundible, De Lucía, quien nunca se cansó de aprender, compuso melodías que han dado la vuelta al mundo y ha trabajado al lado de figuras de renombre internacional como Al Di Meola, John McLaughlin o Chick Corea.
Biografías



El 25 de febrero de 2014 moría a los 66 años Paco de Lucía, considerado uno de los máximos exponentes del flamenco español y uno de los más grandes virtuosos de la guitarra, tanto a nivel nacional como internacional. Criado en un ambiente familiar donde el flamenco estaba siempre presente, Paco de Lucía bebió de las fuentes de grandes artistas de la guitarra flamenca como el Niño Ricardo y Sabicas.La influencia de estos dos grandes maestros marcaría profundamente el arte del algecireño, que tocó sus primeros acordes junto con sus hermanos, el también guitarrista Ramón de Algeciras y el cantaor Pepe de Lucía.

LA MÚSICA, UN ANTÍDOTO CONTRA LA POBREZA
Nacido el 21 de diciembre de 1947 en el popular barrio de La Fuensanta, en la ciudad de Algeciras (Cádiz), Paco fue el menor de los cinco hijos de Lucía Gomes Gonçalves, conocida como La Portuguesa, y de Antonio Sánchez Pecino, un gran aficionado a la guitarra, instrumento que había aprendido a tocar de la mano de Manuel Fernández, conocido como Titi de Marchena. Antonio compaginaba su trabajo como vendedor de frutas y telas con algunas actuaciones en tablaos y fiestas locales con el nombre de Antonio de Algeciras. Pero la difícil situación económica familiar hizo que Paco y sus hermanos, Ramón, María Lucía, Pepe y Antonio, tuviesen que dejar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar.


La difícil situación económica de la familia hizo que Paco y sus hermanos, Ramón, María Lucía, Pepe y Antonio, tuviesen que dejar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar.


Fotografía de Paco de Lucía tomada en 1976.

Así, el padre de los muchachos decidió que estos aprendieran a tocar la guitarra. Antonio tenía la convicción de que si sus hijos se dedicaban al arte flamenco les esperaba un brillante porvenir, por lo que los puso en contacto con artistas de renombre como Antonio El Chaqueta, Chato Méndez, Rafael El Tuerto, El Brillantina de Cádiz y Antonio Jarrita. Muy pronto el joven Paco empezó a ser conocido en los ámbitos musicales locales, y actuó por primera vez en el cine Terraza de Algeciras a finales de 1959 junto con su hermano Pepe. Los dos hermanos formarían poco tiempo después un grupo flamenco llamado Paco y Pepe de Algeciras, nombre que más tarde cambiarían por Los Chiquitos de Algeciras (pero cuando Paco tuvo que buscarse un nombre artístico propio no dudo en adoptar el nombre de su madre como apellido, Paco de Lucía).

INFLUENCIAS ILUSTRES
En 1962, tras grabar varios elepés con la discográfica Hispavox, Paco y Pepe se presentaron al Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, donde Pepe ganó el primer premio cantando por malagueñas. Pero Paco era demasiado joven para participar en un concurso, por lo que se le concedió un premio especial, el Javier Molina, creado ex profeso para él. Poco después, la familia entera se trasladó a Madrid. Allí, en 1963, los hermanos fueron contratados por la compañía del coreógrafo y bailarín de flamenco José Greco para llevar a cabo una gira de nueve meses por toda Sudamérica.

La gran amistad que el guitarrista entabló con Camarón de la Isla se tradujo en su participación y la de su hermano Ramón de Algeciras en los siete primeros discos del cantaor como acompañantes.

De nuevo en España, Paco grabaría tres discos en colaboración con el también guitarrista Ricardo Modrego y conoció apersonajes tan ilustres del mundo del flamenco como el cantaor Fosforito (a quien acompañó durante una actuación en Salamanca), Camarón de la Isla y el músico Juan El Lebrijano. Junto a ellos formó parte de un grupo (en el que también estaban los artistas Matilde Coral, Paco Cepero y El Farruco) que fue contratado por los mánagers internacionales Horst Lippman y Fritz Rau para participar en el Festival Flamenco Gitano, un evento que recorrió Europa en diversas ocasiones durante la segunda mitad de la década de 1960.

Paco de Lucía acabaría trabando una gran amistad con Camarón de la Isla, lo que se tradujo en su participación y la de su hermano Ramón de Algeciras en los siete primeros discos del cantaor como acompañantes y en la aparición de Camarón y Paco, años después, en 1992, en el film Sevillanas, del director Carlos Saura.


Imagen de Paco de Lucia durante uno de sus conciertos.

Animado por los guitarristas Sabicas y Mario Escudero, Paco de Lucía se adentró en el mundo de la composición y grabó sus primeros discos en solitario: La fabulosa guitarra de Paco de Lucía (1967) y Fantasía flamenca (1969), algunos de cuyos temas interpretó en 1970 en el Palau de la Música Catalana de Barcelona durante el Festival Internacional que se celebró en la Ciudad Condal con motivo del bicentenario de la muerte de Beethoven, siendo aquel, para algunos de sus biógrafos, el momento de su consagración definitiva. Pero no solo el flamenco interesó a Paco de Lucía. El guitarrista también se sintió fuertemente atraído por el jazz, mundo en el que se introdujo de la mano del saxofonista Pedro Iturralde,con quien grabó un álbum titulado Flamenco Jazz (1967).

IRRUPCIÓN EN LA ESCENA INTERNACIONAL
El disco de Paco de Lucía Fuente y caudal, producido en 1973 y en el que se incluía el tema Entre dos aguas, alcanzó el número uno en las listas de ventas en pocos meses, acercando al guitarrista al gran público, que llegó a alcanzar el reconocimiento mundial. En 1975, Paco actuó en el Teatro Real de Madrid e inició una tanda de conciertos junto a Carlos Santana y a Al Di Meola, en 1977. En 1980 participó también en los conciertos ofrecidos por John McLaughlin y Chick Corea.

Con el paso de los años, Paco de Lucía, que siempre había estado abierto a nuevos estilos, fue abandonando paulatinamente el flamenco más tradicional.

En la cúspide de su fama, en 1977, el guitarrista contrajo matrimonio en secreto con Casilda Varela Ampuero en Ámsterdam debido a la oposición de la familia de ella. Con Casilda tuvo tres hijos: Casilda (1978), Lucía (1979) y Francisco (1983). Con el paso de los años, Paco de Lucía, que siempre había estado abierto a nuevos estilos, fue abandonando paulatinamente el flamenco más tradicional, lo que se reflejó en sus trabajos Solo quiero caminar (1981), Siroco (1987) y Zyryab (1990). En este último disco, en el que participaron Chick Corea y Manolo Sanlúcar, es en el que mejor se aprecia la fusión del flamenco y del jazz con el uso de los teclados y de instrumentos tradicionales. Uno de estos instrumentos es el conocido como el "cajón", muy utilizado en la música afroperuana y que Paco de Lucía conoció de la mano de Carlos Caitro Soto de la Colina durante una estancia del artista en Perú a finales de los años setenta. El guitarrista también se interesó por la música clásica para guitarra y ha dado muestras de esa inquietud en su grabación del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo en 1991.


Paco de Lucía junto a los guitarristas Al Di Meola (izquierda) y John McLaughlin (centro) durante un concierto en Barcelona en la década de 1980.

Así, y echando una una mirada en perspectiva a la carrera de Paco de Lucía, la mayoría de críticos considera que la aportación más importante que el guitarrista ha hecho al flamenco, con su particular estilo virtuoso, entre rítmico y enérgico, es haber conseguido no solamente popularizarlo, sino también, y sobre todo, internacionalizarlo.

UN ADIÓS PREMATURO
Tras veinte años de matrimonio, Paco y Casilda se separaron, y De Lucía conoció en Cancún a Gabriela Canseco, una restauradora mexicana, con quien se casó. La pareja tendría dos hijos, Antonia (2001) y Diego (2007). Precisamente fue en México donde Paco de Lucía pasó sus últimos meses, concretamente en Playa del Carmen, una pequeña ciudad caribeña en el estado de Quintana Roo.

Durante una entrevista que De Lucía concedió al magazine del diario El Mundo, el famoso guitarrista pareció mostrarse especialmente premonitorio respecto a su futuro: "Allí es donde de verdad disfruto, en Playa del Carmen, con su mar tranquilito. Voy, me alquilo una casa y me dedico a la pesca submarina. Y luego me cocino lo que he pescado y ya está. No quiero más que eso. Ahora pienso mucho en el tiempo, que ya no tengo tanto. Por primera vez creo que tengo que darme prisa y quedarme más tiempo en casa y dedicarme a componer, que es en definitiva lo que va a quedar. Los conciertos se los lleva el aire".

Fue en México donde Paco de Lucía pasó sus últimos meses, concretamente en Playa del Carmen, una pequeña ciudad caribeña en el estado de Quintana Roo en México.


Imagen de Paco Lucia tomada durante uno de sus últimos conciertos.

De Lucia había dejado de fumar hacía dos semanas cuando el 25 de febrero de 2014 empezó a sentirse mal mientras jugaba al fútbol en la playa junto a sus hijos. Ingresado de urgencias en el centro hospitalario Hospiten, el artista falleció en el área de urgencias con tan solo 66 años de edad. Galardonado, entre otros premios, con dos Grammy, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Nacional de Guitarra de Arte Flamenco... fue durante la entrega del Príncipe de Asturias de las Artes, que se le concedió en 2004, cuando el portavoz del jurado supo resumir en unas pocas y acertadas palabras la enorme contribución a la música de Paco De Lucía: "Todo cuanto puede expresarse con las seis cuerdas de la guitarra estaba en sus manos".
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UNA MISTERIOSA MUJER DE HACE 23.000 AÑOS

Dama de Brassempouy expuesta en el Museo de Arqueología Nacional, en Saint Germain en Laye.

La dama de brassempouy, una de las representaciones del rostro humano más antiguas que se conocen
Tallada hace unos 23.000 años, la Dama de Brassempouy es una de las pocas representaciones detalladas de un rostro humano del Paleolítico y una de las más antiguas que se conocen. Convertida en un icono del arte prehistórico por lo exótico de su aspecto, sobre todo por el minucioso tratamiento del cabello, esta figura tallada en marfil de mamut es, aún a día de hoy, objeto de debate entre los investigadores de todo el mundo.



Brassempouy es una localidad del sur de Francia que a finales del siglo XIX se convirtió en uno de los principales focos de atención de la arqueología prehistórica europea. A escasos cien metros de distancia la una de la otra, se descubrieron dos cuevas, conocidas como la Galería de las Hienas y la Gruta del papa. Esta última fue explorada por primera vez en el año 1881 por el prehistoriador y naturalista francés Pierre-Eudoxe Dubalenel, con unos métodos más que cuestionables para los estándares actuales. Tuvieron que pasar catorce años más para que Édouard Piette se hiciera cargo de unas nuevas excavaciones en el lugar en 1894.

En la Gruta del papa, Piette identificó varios niveles que atribuyó al período Solutrense (aproximadamente entre los años 24000 a.C. y 18000 a.C.) y un nivel al que bautizó como "capa ebúrnea" o Eburniense por la gran cantidad de objetos elaborados con este material que allí descubrió. En aquella capa (que sería posteriormente renombrada por los paleontólogos como Gravetiense, 32000 a.C.-24000 a.C.), entre varias figurillas y fragmentos, algo llamó poderosamente la atención de Piette: una pequeña cabeza sin cuerpo que parecía llevar una capucha. Había descubierto la famosa figurilla que sería conocida mundialmente como la Dama de Brassempouy.



Ubicación de la localidad francesa de Brassempouy, donde fue encontrada la figurilla de marfil.

LA PERICIA DE UN ANTIGUO TALLADOR
Tallada en marfil de mamut, la Dama de Brassempouy es muy pequeña, mide 3,65 centímetros de altura y 2,2 centímetros de ancho. La figurilla representa la cabeza esquematizada de una mujer de rostro triangular, con la nariz y las cejas bien perfiladas, aunque no tiene boca y los ojos apenas están esbozados. En el lado derecho de su rostro destaca una grieta vertical que lo recorre desde la frente hasta la barbilla, y que podría haber surgido como consecuencia de la estructura interna del marfil. La Dama va tocada con lo que algunos estudiosos piensan que es un peinado delicadamente elaborado con trenzas en forma de damero, mientras que para otros luciría una especie de gorro, capucha o redecilla.

La talla representa la cabeza esquemática de una mujer de rostro triangular con la nariz y las cejas bien perfiladas.


Reconstrucción idealizada de la Dama de Brassempouy realizada por Libor Balák (Academia Checa de las Ciencias, Instituto de Arqueología de Brno).

Con una antigüedad estimada de entre 26.000 a 24.000 años, la Dama de Brassempouy refleja la habilidad de quien hace tanto tiempo talló una figura que ha pasado a la historia como un icono del Paleolítico. Este artista desconocido cinceló de manera muy precisa el rostro de la mujer, lo que demuestra un gran dominio de la técnica necesaria para llevar a cabo la incisión, la perforación, el raspado y el pulido del marfil. Algunos investigadores han creído ver asimismo en el rostro de la Dama de Brassempouy unas escarificaciones que han sugerido que podrían ser tatuajes o tal vez algún tipo de maquillaje.

UNA DAMA MUY MISTERIOSA
Cuando Édouard Piette escribió su primer libro La station de Brassempouy et les statuettes humaines de la période glyptique (Estación de Brassempouy y estatuillas humanas del período glíptico), publicado en la revista científicaL'Anthropologie, en 1895, no existía ningún estudio que sugiriese interpretaciones sobre el significado de aquellas figuras antropomorfas ni que las vinculase con algún tipo de culto relacionado con la fertilidad. De hecho, Piette tenía sus propias ideas al respecto, tal como explica el antropólogo norteamericano Randall White, de la Universidad de Nueva York: "Piette parece casi obsesionado por dos cuestiones: las diferencias raciales en la colección de figuritas y el parecido de algunas de ellas a las poblaciones africanas",

En 1895 no existía ningún estudio que pudiera interpretar el significado de aquellas figuras antropomorfas.


Dama de Brassempouy fotografiada en el Museo de Arqueología Nacional, Saint-Germain-en-Laye.

Piette, influenciado por los estudios raciales tan en boga en su época, se propuso identificar a las "razas" que poblaron aquella región de Francia durante la Prehistoria. Creía que podían reconocerse con facilidad a través del arte, puesto que, según él, se trataba de representaciones muy realistas. Así, llegó a la conclusión de que durante el Paleolítico Superior convivieron dos tipos de poblaciones en la región: una relacionada con la que él llamaba "la raza bosquimana", que era más "robusta", y otra de "vientre plano" y más "civilizada", a la cual pertenecería la Dama de Brassempouy.

RESUELVEN EL ENIGMÁTICO ORIGEN DE LA VENUS DE WILLENDORF, LA ESTATUILLA PREHISTÓRICA MÁS FAMOSA
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Pero aquel enfoque racial no tardó en caer en desuso y sería muy pronto sustituido por otras explicaciones más científicas que veían en aquel tipo de tallas prehistóricas un sentido simbólico. Mientras, el significado de la Dama de Brassempouy, que actualmente se conserva en el Museo de Arqueología Nacional, en Saint-Germain-en-Laye, sigue siendo a día de hoy objeto de acalorados debates entre la comunidad científica. Aunque lo que sí está claro es que la enigmática figurita todavía no ha acabado de revelarnos todos sus misterios.

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