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El Pentágono sugiere en un informe que naves nodrizas extraterrestres podrían estar espiando a la Tierra

Un alto cargo del Departamento de Defensa junto a un investigador de Harvard apuntan a que estas sondas no pueden ser detectadas desde nuestro planeta.

La búsqueda de vida, inteligente o no, fuera de la Tierra ha sido una de las grandes obsesiones de la Humanidad en las últimas décadas. Pero, ¿y si fueran los extraterrestres los que hubieran encontrando nuestro planeta? Esa es la tesis que baraja un alto cargo del Pentágono, Sean Kirkpatrick, que se ha aliado con un investigador de Harvard, Avi Loeb. Ambos apuntan a la posibilidad de que naves nodrizas estarían en nuestro sistema solar lanzando sondas para estudiar los planetas que lo conforman, incluida la Tierra.

Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Sitios (AARO) del Pentágono, y Loeb, titular del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, son coautores de un artículo científico bajo el título Restricciones físicas en fenómenos aéreos no identificados (UAP), publicado por la prestigiosa universidad estadounidense y que se encuentra en revisión.

En este trabajo, ambos investigadores argumentan que "las coincidencias entre algunos parámetros orbitales de 'Oumuamua' (objeto interestelar) e 'IM2' (meteorito) nos incitan a considerar la posibilidad de que un objeto interestelar artificial sea potencialmente una nave nodriza que libere pequeñas sondas durante su paso cercano a la Tierra".

Kirkpatrick y Loeb creen que artefactos extraterrestres llegan al sistema solar de dos maneras: basura espacial; o a través de equipos en activo, los cuales podrían ser controlados mediante inteligencia artificial.
Naves extraterrestres autónomas

En el caso de estos últimos, este artículo científico los describe como "sistemas autónomos que podrían diseñarse para, incluso, sobrevivir si los que las enviaron no fueran capaces de comunicarse con ellos, pudiendo depositar pequeñas sondas a su llegada a los sistemas planetarios de destino". "Con un diseño adecuado, estas diminutas sondas llegarían a la Tierra u otros planetas del sistema solar para su exploración, ya que la nave principal pasa a una fracción de la separación entre la Tierra y el Sol, tal como lo hizo Oumuamua", añade.

El problema reside en que los astrónomos no serían capaces de detectar esta nave nodriza ni tampoco las minisondas que utilizaría para registrar el sistema solar. "Los astrónomos no podrían notar el rocío de las minisondas, porque no reflejan suficiente luz solar para que los telescopios de exploración existentes las noten", afirman en su investigación.