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"El Manuscrito de Zhendu" Capitulo 1 -Primeros Tiempos.

Iniciado por sve79, Sep 13, 2014, 11:16:37

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MANOLOALV

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración.
 Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.

Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.

Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.

Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.

Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.

Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.
Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía con si un duende

ENVIADO DESDE MI HUMILDE MÓVIL.

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gabriel10

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración.
Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.

Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.

Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.

Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.

Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.

Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.
Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía con si un duende u otro ser mágico, pretendiera
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trisury

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía con si un duende u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la
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Serjey

 Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral
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niko



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Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormia alguien
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sve79

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormia, alguien se estaba dedicando a hacer


Jamás te olvidaremos amigo bizen
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Serjey

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormia, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando
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gabriel10

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormia, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando sin sentido todas las salas
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DAYOLI

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de
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indio64

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al primero de mis fantasmas: él miedo, que solo existe en nuestra cabeza, por el desconocimiento al futuro, por la inquietud del no saber que podrá pasar, vencerle será la primero que tendré que hacer antes de seguir
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sve79

#190
Cita de: indio64 en Oct 24, 2014,  00:20:24
Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al

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sve79

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al primero de los corruptos frente


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Melgui

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza, saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al primero de los corruptos. Frente a la entrada de la
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<font color="rgb(51, 51, 51)">Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza, saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al primero de los corruptos. Frente a la entrada de la puerta principal, le estaba esperando

ENVIADO DESDE MI HUMILDE MÓVIL.

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indio64

Érase una vez... una estrella que brillaba más que ninguna otra en el cielo, iluminando la línea del horizonte y haciendo que la noche se hiciera día, era lo más hermoso que jamás habíamos visto hasta que se hizo de día y vimos cómo, todo lo que habíamos imaginado, tan sólo fuera un sueño.  Volviendo a la cama seguimos imaginando como sería la vida, antes del virus, que convertía  mi flor en una coliflor.

Pero de repente, mirando la estrella, comprendimos que la vida era cada vez más difícil para algunos, se había convertido en un caos, sólo los poderosos tenían el privilegio de seguir avanzando  a costa de los primos, que sólo pagamos impuestos  mientras descuidábamos los valores importantes de la vida, aun sabiendo que un día, no muy lejano,  iban a sufrir en sus propias carnes  todo lo que vivimos en tiempos tan adversos.

Un día descubrí,  casi por casualidad,  que justo en lo alto de la montaña se reflejaba una luz, entonces decidí subir para verla y allí sentado estaba Eusebio, le pregunte que hacia allí, él me contestó que miraba aquella luz tan brillante que surgía desde Soto del Real, no entendía como aquello se le iba de las manos, la humanidad no comprendía los cambios que se estaban dando en la tierra, como por ejemplo el cambio climático, cuando de repente una explosión me devolvió a la realidad.  La luz de aquella estrella iluminaba todo el valle.

Decidí que teníamos que seguir luchando y haciendo camino al andar, como dijo aquel buen escritor "dejar un mundo mejor", que las generaciones venideras no tuvieran que estar sufriendo las miserias, que  con nuestra vanidad y orgullo habíamos generado,  sin pensar que todo se nos volvería en contra nuestra,  por no luchar por la libertad de poder decidir libremente nuestro destino.

Aquella luz era el principio  de una larga guerra encarnizada, donde perdería el ser humano, sería una lucha contra el hambre,  la corrupción, la miseria... El egoísmo del hombre era tal, que nunca se pensó que los recursos de la tierra se terminarían y crearían un colapso total.  Tal vez,  aun quedaría tiempo para intentar reconducir toda la situación si alguien hallaba el manuscrito de Zendhu, que se encontraba en el cajón de los desastres imaginarios.

Pero sólo un ser, de los llamados corruptos,  podía hacer que todo aquello volviera a encaminarse hacia una batalla sangrienta, una batalla que tenía origen maligno, el cual nos iba a llevar a la destrucción y...  a la posible extinción. El ser humano tenía que buscar una solución a este desastre sin precedentes.

De repente apareció una bella dama, era como una diosa y, con solo mirarla, podías ver la alegría en su mirada, era ella, la elegida!!! Esta mujer,  llamada Xío,  era el estandarte que nos guiaría hacia el final del camino, un camino duro,  pero Xío,  descendiente de una estirpe Samurai, tenía el orgullo y el valor suficiente para llevarnos a todos a luchar, por lo que cogió su espada en alto y gritando lanzó este mensaje..."la raza humana luchara por su supervivencia",  todos juntos lo podremos y, con los espíritus del averno, bailaríamos incontrolados hasta la madrugada, sin pensar en lo que pasaría al amanecer, Xío era todo lo que cualquier hombre podría esperar de una guerrera, valiente tenaz, con solo verla se cortaba la respiración. Aquella mirada desafiante,  ese pelo negro  que caía por su espalda bordeando la piel morena de sus pechos..., ella tenía el poder para llevarnos a la batalla y, al mismo tiempo, seguir siendo una mujer que añoraba regresar con su familia.  Al mirarla sentí un escalofrío, tenía la mirada perdida,  quizás estaba pensando en lo que se nos venía encima o quizás por donde quería empezar, buscaría el manuscrito de Zendhu en la cima del monte perdido, aunque no era tarea fácil,  Xío se encaminaba a la montaña con paso firme, de repente se cruzó con un enorme oso pardo de al menos doscientos kilos, mirándola fijamente, ella cogió su espada y sin temor en su mirada le asestó un golpe mortal.  Con la piel del animal se ha fabricado una vela capaz de aguantar los mayores temporales cuando llegue al mar.


Estando ya en la cima, Xío advirtió la presencia de sus peores enemigos, los corruptos que la impedían acercarse al fondo de la gruta, entonces ideó un gran plan para entrar, y con ayuda de la vela se camufló  para poder llegar hasta la entrada de aquella cueva tan oscura que daba miedo. Necesitaría algo para ver por la oscuridad y se puso a fabricar una antorcha con una rama y pelos de la piel del oso, yo la observaba desde la distancia mientras pensaba en ayudarle pero la imagen de un chamán me tenía congelado de miedo, un sudor frío me recorría por todo el cuerpo mientras el chamán se acercada cada vez más, se puso delante de Xío y con voz de estar muerto de frío le dijo: "los fantasmas del averno esperan a cada alma aventurada en la sala oscura del infierno".  Ni corta ni perezosa cogió la antorcha y me dijo: "Acompáñame", y juntos los dos, nos adentramos en las profundidades de la cueva.


Conforme nos íbamos acercando donde estaba el manuscrito de Zendhu una intensa luz iluminaba toda la bóveda,  una luz que brillaba como ninguna otra, había que encontrar, de una vez por todas, el manuscrito.  Bajar del altar antes de que llegara la oscura noche con sus personajes misteriosos, que rondan por la cueva protegiendo el manuscrito.


Unas voces de ultratumba empezaban a oírse de una forma grotesca, armándome de valor dije con voz entrecortada "¡¡Xío cuidado!!" (estaba  al borde de una grieta que llevaba al mismísimo reino de los fantasmas del apocalipsis que me atormentaban) cuando de repente una fuerte explosión me sorprendió y quedé paralizado, no me salía ni la voz, de repente desperté del sueño atroz que me invadía.


Entonces, empecé a dudar si el manuscrito de Zendhu era verdad o producto de mi imaginación,  Xío era tan real, que no me podía imaginar que solo fuera un sueño, todo esto me hizo pensar en el pasado ancestral de la raza humana, por suerte,  pude comprobar con mis propios ojos, que todo era un montaje de unos pocos, que pretendían conseguir el manuscrito para encontrar la ruta hacia el poblado, y allí, encontrar la fórmula para dominar el mundo.


Xío se tenía que adelantar, pero cuando quiso comenzar su camino, tuvo una breve duda, ¿era el chamán fruto de la ira de los corruptos? Esa pregunta se la hacía cuando las pesadillas se apoderaban de su mente cada vez que cerraba los ojos, necesitaba sentir el frio de su espada, para darse cuenta de que no era producto de su temor a perder la batalla.Fue entonces cuando decidió que espada en mano se tenia que poner a luchar contra todo aquello que pusiera en peligro la búsqueda del manuscrito y aquellos que se opongan quedarán marcados por el filo de su arma. Sin dudar, se puso manos a la obra y escogió la mejor opción,bajar de la montaña y dirigirse hacia la ciudad perdida donde estaban los malignos fantasmas que me traían cada pesadilla escalofriante al cerrar los ojos, pero sin titubear un instante baje calle abajo y sin casi darme cuenta tropecé con algo que había delante, parecía como si un duende, u otro ser mágico, pretendiera entorpecerme el camino hacia la gran cúpula del manuscrito ancestral,mientras la ciudad dormía, alguien se estaba dedicando a hacer uso de la fuerza, saqueando sin sentido todas las salas por las que debería de pasar antes de encontrar al primero de los corruptos. Frente a la entrada de la puerta principal, le estaba esperando la primera de sus pesadillas
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