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Rafa Nadal vuelve a lo grande en Barcelona con una arrolladora victoria ante Cobolli

El tenista español firmó un contundente 6-2/ 6-3 ante el joven italiano en una pista abarrotada.

ronda del Trofeo Conde de Godó. El manacorí disfrutó de un buen nivel de tenis en lo que fue una verdadera fiesta de bienvenida para él, ante un escenario repleto de aficionados locales para verle sonreír de nuevo sobre la tierra batida en la que ha conquistado 12 títulos.

"Tengo ganas de jugar... pero lo hago con incertidumbre", dijo Nadal ante los micrófonos segundos antes de saltar a una pista expectante para, precisamente, despejar toda incertidumbre.

Rafa Nadal regresó este martes a lo grande con una victoria magistral sobre Flavio Cobolli (6-2/6-3) en su pista, la 'Rafa Nadal', en la primera ronda del Trofeo Conde de Godó. El manacorí disfrutó de un buen nivel de tenis en lo que fue una verdadera fiesta de bienvenida para él, ante un escenario repleto de aficionados locales para verle sonreír de nuevo sobre la tierra batida en la que ha conquistado 12 títulos.

"Tengo ganas de jugar... pero lo hago con incertidumbre", dijo Nadal ante los micrófonos segundos antes de saltar a una pista expectante para, precisamente, despejar toda incertidumbre.

El partido arrancó con su servicio y una ovación multitudinaria, aquella que recordó a la larga espera de 102 días desde el último partido de Nadal en Brisbane. La ilusión era incontenible, pero no paró de crecer a lo largo de un partido iniciado con una 'miniremontada' de Nadal tras comenzar 0-30 abajo.

Su saque no estaba al 100%, como es evidente, aunque en ningún momento hizo muestra de sus dolores abdominales. El trabajo ha sido el correcto durante todos estos meses de ausencia y ahora le tocaba demostrar el porqué de su larga espera.

Enfrente, Cobolli, joven talento italiano (21 años), salió a la pista con el aire de autoridad al saque que facilita su altura y muy serio en los intercambios desde el fondo. Era un buen reto para la primera prueba de Nadal, eso sí, fácilmente descifrable para el 22 veces campeón de Grand Slam.

Rafa buscó peloteos seguros con una derecha precisa e incisiva al revés de su oponente y pronto encontró el break en una disputada ventaja del cuarto juego de partido. La grada estalló de júbilo y Cobolli, sobrepasado, mostró rápidamente todas sus costuras.

La presencia del italiano se desvaneció para dejar florecer la precipitación. Le quemaba la pelota en su lado de la pista, sensaciones muy diferentes a las de un Rafa cada vez más afinado y con ganas de quemar la bola.

"He jugado el partido que tenía que jugar, lógico, sin errores de bulto y haciendo lo que puedo controlar", dijo tras sellar su victoria, y es que, aún contenido para no llevar al límite su físico, no tuvo problemas para volver a romper el servicio de su rival en el juego que selló el primer set por 6-2.

Muy pronto perdió la batalla moral Flavio Cobolli, tanto que nadie tenía dudas de que trataría de dar un paso adelante tras el descanso entre mangas. La decepción, para él y su equipo, la puso un Rafa más arrollador aún capaz de arrancar con un 2-0 y de responder con un contrabeak para llegar al cuarto juego con casi todos los deberes hechos (3-1).

El regreso victorioso se palpaba en el ambiente, más aún cuando Nadal, tímido y encadenado al guion conservador estipulado, no podía contener alguna de sus míticas 'nadaladas'. Sus dejadas —todas dolorosas como puñales para Cobolli—, sus defensas con passing inverosímiles y algún remate decorado con su mítica celebración del puño al aire, terminaron por deleitar a una grada entregada a una versión ficticia de un Rafa que pareciera no haber estado casi año y medio en dique seco.

Se llegó a hacer el silencio en algún momento del partido, la afición quería más y Rafa no se lo iba a dar. El español ya solo pensaba en acabar con un Cobolli 'kamikaze' decidido a probar tiros potentes. Murió matando con dos saques en blanco, Nadal solo apretó para no perder sus turnos de saque y cerrar el partido con calma, dentro del guion.

Ganó Nadal, su tenis, parte de su físico y también su experiencia. Por supuesto, también el público afortunado de ver a Rafa volver y asegurar un partido más en la tierra de Barcelona. Será este miércoles ante Álex De Miñaur, ahora sí, una prueba de fuego real.

"No me he planteado el partido ante De Miñaur, es difícil hacerlo de una manera muy específica, [mi cuerpo] es como una selva y no sabes lo que te puedes encontrar. Mañana el partido será de máxima exigencia, de un ritmo que no sé si voy a poder mantener. Vamos a intentarlo", zanjó, ilusionado tan solo con esa oportunidad de volver a probarse, tras la victoria 1071 de su carrera.