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Maduro recibe el apoyo de la cúpula militar y del Supremo frente al respaldo internacional a Guaidó

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha recibido este jueves el apoyo de la cúpula militar, leal al chavismo y sostén de su Gobierno gracias a una hábil combinación de purgas y prebendas que ha practicado el régimen durante años, intentando contrarrestar el creciente respaldo internacional al jefe parlamentario Juan Guaidó, autoproclamado 'presidente interino'. El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, ha protagonizado una comparecencia televisada en la que ha aparecido rodeado de la plana mayor del Ejército y en la que la expresión más repetida para referirse a la campanada de Guaidó ha sido "golpe de Estado". Además, Maduro ha recibido el respaldo de los jueces del Tribunal Supremo venezolano, cuyo presidente ha denunciado que "se está gestando un golpe de Estado".

Ocho generales con mando en regiones estratégicas del país han ratificado su "lealtad y subordinación absoluta" a Maduro, en mensajes difundidos por la televisión estatal. "Leales siempre, traidores nunca", han dicho algunos al terminar sus intervenciones, sin que faltara la mención al fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013): "Chávez vive, la Patria sigue".

"Estamos aquí para evitar una guerra entre venezolanos... La sustentabilidad jurídica utilizada para juramentar un gobierno de facto no tiene destino feliz", ha dicho el titular de Defensa, para quien la jura de Juan Guaidó que tuvo lugar el miércoles reviste "alta peligrosidad". A su juicio, "es sumamente peligroso lo que ocurrió el 23 de enero (...) Es un evento reprochable: un señor autoproclamándose presidente, eso es un asunto gravísimo". Padrino ya se había pronunciado en redes sociales, así como otros altos mandos militares, pero eso no ha evitado que subsistieran algunas dudas sobre la actitud del Ejército, clave para que la situación evolucione en una u otra dirección.

Todas estas postura se han recogido en el comunicado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en el que básicamente rechaza al "presidente autoproclamado" y deja claro que ni se "subordinará a una potencia extranjera" ni aceptará injerencias procedentes del exterior. El escrito señala que la FANB no aceptará "jamás" a un gobernante "impuesto a la sombra de intereses oscuros".

La institución castrense denuncia lo que considera "acciones ilegales con las que se persigue instalar un gobierno paralelo" en Venezuela, "así como los alevosos llamados de algunos sectores" para apartarla del "sendero democrático". "Rechazamos del modo más enérgico posible los groseros actos de injerencismo llevados a cabo por gobiernos extranjeros los cuales consideramos irrespetuosos del derecho internacional y del principio de autodeterminación de los pueblos, siendo además ofensivos a la dignidad de los venezolanos", dice textualmente. .

Asimismo, se asegura que la FANB va a garantizar "la paz ciudadana y el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado" y no tolerará "hechos vandálicos o terroristas por parte de grupos que promuevan la violencia como perverso mecanismo para alcanzar sus fines". Finalmente, reitera que reconocen como "legítimo presidente" a Nicolás Maduro "quien resultó electo con la gran mayoría de los votantes en elecciones libres, universales directas y secretas celebradas el pasado 20 de mayo de 2018".

El apoyo del Ejército es una de las claves para anticipar en qué dirección pueden evolucionar los acontecimientos. Por ese motivo, una de las primeras cosas que hizo Guaidó nada más autoproclamarse presidente fue lanzar un llamamiento a las Fuerzas Armadas para ponerse "al lado del pueblo que sufre y de la Constitución". Incluso, tendió la mano a los represaliados del régimen reiterándoles la oferta de una ley de amnistía.

Pero parece que ha pesado más el llamamiento que paralelamente hizo Maduro cuando apareció en el Balcón del Pueblo del Palacio de Miraflores. Le acompañaban su esposa Cilia Flores; su número dos, Diosdado Cabello; la vicepresidenta Delcy Rodríguez, y otros funcionarios. "¿Puede autojuramentarse un cualquiera como presidente? ¿O es el pueblo venezolano quien elige a su presidente?", preguntó a sus seguidores. Fue entonces cuando anunció la ruptura de relaciones con Estados Unidos y proclamó, dirigiéndose al gigante del norte: "Fuera, se van de Venezuela. Basta de intervencionismo, aquí hay dignidad, carajo, aquí hay pueblo dispuesto a defender esta tierra". En cualquier caso, el respaldo que ha recibido de la cúpula militar aplaza la supuestamente 'inminente' caída de Maduro.

Rusia y Cuba apoyan a Maduro y... poco más

Cuando los militares hablan de "injerencia extranjera" se están refiriendo a las reacciones en cadena de apoyo a Guaidó que se han producido desde el miércoles. El presidente de la Asamblea Nacional, que permanece escondido en previsión de que el régimen de Maduro ordene su detención, se autoproclamó ese día "presidente encargado de Venezuela", fijándose como meta "lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres". Desde entonces, no han cesado las llamadas de líderes internacionales expresándole su respaldo, entre ellas la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que no lo ha reconocido pero que sí ha alabado su "coraje" y se ha pronunciado a favor de unas elecciones democráticas y libres como "salida idónea" a la crisis.

La postura de Sánchez está en línea con la de la UE que ha pedido "elecciones libres". La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha abogado por una "solución política pacífica". Por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), su secretario general Luis Almagro también ha dado el beneplácito a Guaidó. Aproximadamente medio centenar de países consideran "ilegítimo" el segundo mandato que inició Maduro el 10 de enero, por considerar que los comicios en los que fue reelegido -boicoteados por la oposición- fueron fraudulentos.

Pero entre todo el primero en reconocer a Guaidó fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que ha alimentado las teorías conspiranoicas sobre un golpe orquestado desde el exterior. Teorías en las que siempre aparece de alguna manera el petróleo venezolano. Estados Unidos compra a Venezuela un tercio de su deprimida producción de 1,4 millones de barriles diarios -fuente del 96% de divisas-. Según Maduro, sus enemigos quieren apropiarse de las mayores reservas de oro negro del planeta que tiene la nación sudamericana. Pero debajo de esa retórica subyace una dependencia mutua. Venezuela necesita a EEUU para diluir sus crudos pesados y extrapesados, que alcanzan menor precio en los mercados y son más difíciles de vender y EEUU saca partido de esa circunstancia, aunque probablemente podría resistir mejor una caída de las importaciones.

La 'emergencia humanitaria' solivianta a los bastiones chavistas

Como respuesta al decidido apoyo de Washington a Guaidó, Maduro anunció el mismo miércoles, en una masiva concentración oficialista, la ruptura de relaciones con Estados Unidos, y dio 72 horas a sus diplomáticos para abandonar el país. Estados Unidos replicó que Maduro no tiene autoridad para romper relaciones o expulsar diplomáticos y anunció que tomará "medidas apropiadas" si se pone "en peligro la seguridad de nuestra misión y de su personal". Mientras tanto, en un comunicado dirigido a todas las embajadas, Guaidó, a quien Maduro considera un "títere" de Trump, les pidió "mantener su presencia diplomática".

Las marchas del miércoles han sido el primer gran pulso en las calles desde las protestas que dejaron unos 125 muertos en 2017. Los disturbios que han sacudido al país desde el martes han dejado ya 26 víctimas mortales, según los organismos de derechos humanos que son los únicos que facilitan este tipo de datos. La noche del miércoles hubo incidentes en barrios populares como Petare, en el este de la capital, que han sido tradicionalmente los bastiones del chavismo.

Y es que el agravamiento de la crisis ocurre en medio de la peor debacle económica en la historia moderna del país petrolero, con escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019. Más de tres millones de Venezolanos han abandonado el país, según estimaciones de la ONU, convirtiéndolo en la mayor crisis de refugiados vista en Latinoamérica. Guaidó ya ha anunciado que la oposición se prepara para una gran marcha en la primera semana de febrero.

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