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El Manuscrito de Zhendu"Cap.4 -Regreso a Chabarowsk- parte 1/3(el mundo a salvo)

Iniciado por Serjey, May 11, 2016, 17:28:52

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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

El navío estaba zarpando, la subida de la marea propiciaba la partida de la nave hacia aguas más profundas. La mar es esa mujer que te mece o te mata. El movimiento de la embarcación
Salud y larga vida
Para agradecer
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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

El navío estaba zarpando, la subida de la marea propiciaba la partida de la nave hacia aguas más profundas. La mar es esa mujer que te mece o te mata. El movimiento de la embarcación empezó a hacer estragos en
Salud y larga vida
Para agradecer
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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

El navío estaba zarpando, la subida de la marea propiciaba la partida de la nave hacia aguas más profundas. La mar es esa mujer que te mece o te mata. El movimiento de la embarcación empezó a hacer estragos en los aguerridos soldados de la
Salud y larga vida
Para agradecer
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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

El navío estaba zarpando, la subida de la marea propiciaba la partida de la nave hacia aguas más profundas. La mar es esa mujer que te mece o te mata. El movimiento de la embarcación empezó a hacer estragos sobre los aguerridos soldados de la maltrecha y desolada guarnición de Chabarowsk, pero partían con  la convicción de que debían defender el bastión más emblemático del reino.
Salud y larga vida
Para agradecer
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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

El navío estaba zarpando, la subida de la marea propiciaba la partida de la nave hacia aguas más profundas. La mar es esa mujer que te mece o te mata. El movimiento de la embarcación empezó a hacer estragos sobre los aguerridos soldados de la maltrecha y desolada guarnición de Chabarowsk, pero partían con  la convicción de que debían defender el bastión más emblemático del reino.

Quedaba atrás, en la lontananza
Salud y larga vida
Para agradecer
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mencey59

Amanecía y con los primeros rayos de sol el brujo bizenok se dispuso a conjurar a las hadas del mal, pero de repente, sin esperarlo, apreció Xio blandiendo una espada, con la que pretendía acabar con el malvado brujo Bizenok, pero no había tenido en cuenta que sus esbirros la tenían entre ceja y ceja, y que cuando se diera la vuelta, iban a caer en la trampa, y entonces apareció Chepatorrowsky, que pretendía dar una certera y mortal estocada a Bizenok, pero no fue posible, cuando se disponía a ejecutarlo, apareció Nikolovsky lanzando un haz de luz desde su cuadriga tirada por tres caballos, pero cuando todo parecía que todo iba a salir como estaba previsto, Nikovky falló el tiro y cayó al suelo de cabeza, rompìéndose el cordel que amarraba su peluca, cuando pretendía ponerse en pie, se dio de bruces contra la pared en un muro, este golpe hizo que recapacitara y sin mediar palabra se adentró en el agujero ocasionado por la explosión de la carga de dinamita que llevaba.

Una vez dentro, pudo comprender lo que el manuscrito contenía, sin embargo, todo iba a cambiar en los instantes siguientes, nunca se hubiera imaginado que el desarrollo de los acontecimientos se volvería tan turbio como el contenido indicaba.  Al leerlo no pudo contener la emoción, todo volvía a ser como al principio, nada había cambiado. El contenido del manuscrito se empezaba a aclarar, todo hacía presagiar que los acontecimientos iban a ir sucediendose uno tras otro, pero cuando todo parecía aclararse las rencillas entre los hermanos se hacían cada vez más intensas, llegando en muchos casos a ser desesperante, sin embargo el afecto sustentado por largo tiempo, hizo volver a la realidad de la situación, la espada pedía sangre y sangre tendría.

El almirante Dayorowsky estaba observando desde la atalaya como salia su compañero Nikolovsky con la compañía de sus temidos guerreros dispuestos para una nueva batalla, pero en la lontananza apareció un angosto samurai fornido y con ganas de terminar con todo lo que se movía. El samurai, apodado jaslandoski, blandió su espada intentando imponer allí su ley, pero sin más, no lo consiguió porque eran demasiados yakuzas para él, pero no se arrugó y empezó a aniquilarlos uno tras otro con su espada samurai. Detectó que todo lo que parecía ser bueno no lo era, lo que era malo, tampoco, su desconcierto era total y cada vez estaba más confuso. Sin mediar palabra, sacó de su mochila una especie de ungüento amarillo muy espeso que una vez puesto en la espada, esta empezó a lanzar al aire una danza siniestra, haciendo que los allí presentes volvieran su mirada atónitos hacia la punta fina de su estoque. Sin más, cayeron fulminados y Jaslandoski aprovechó para asestar el golpe definitivo, que iba a hacer temblar los cimientos del castillo en el que sus enemigos se habían refugiado. Salieron uno por uno al patio de armas con las espadas en alto, pero pronto vieron que todo estaba perdido. Jaslandoski los aniquiló a todos y cada uno con la espada afilada hasta la punta.

Se podía observar en él una sonrisa sarcástica que le delataba en sus intenciones de zanjar de una vez por todas las diferencias que habían aflorado en su relación con sus detractores, pero una vez más, los rencores volvían a florecer en su interior y su desconfianza hacia los demás le hacían aun más temible y también más odiado evidentemente. Tras un recodo del camino durmió y descanso hasta que se sintió con fuerzas para continuar su peregrinaje hacia la cumbre de monte Sinaí donde se uniría a su amigo Nikolovsky con el fin de reorganizar sus tropas y planear largas noches de cerveza y desenfreno, pero cuando quiso empezar a contar cuantos seguidores tenía, observó que muchos de ellos habían caído por el camino, pero eso le iba a enviar un mensajero a su fortaleza, con intenciones muy discutibles, pero no discutidas. La suerte estaba echada, todo debía empezar a funcionar como antaño, sin embargo algo había que no le dejaba estar tranquilo, pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, cualquier descuido, cualquier distracción podía ser letal y no podía correr ese riesgo, tenía que ser prudente, pero a la vez osado si quería poder alcanzar su meta, una meta que cada vez era mas complicada de alcanzar pero nunca daría marcha atrás, y sabía que por el camino iba a cruzarse con muchas emboscadas, sin embargo, cuando creía que todo estaba perdido, apareció por sorpresa, el socio de Nikolovsky, alto, fornido, poderoso como nadie, acompañado de un ejercito de orcos repugnantes con deformaciones y con ganas de arrollar todo lo que encontraran a su paso, subiendo por la ladera de la escabrosa montaña, llegó hasta lo más alto de la montaña, desde allí podía ver todo lo que pasaba a su alrededor con buena perspectiva, veía los valles y todo el cauce del rio, ahora solo tenía que partir con sus fieles seguidores hacia el valle de las tenebrosas cavernas, donde todo iba a resolverse para bien o para mal, todo dependería de que el enemigo creyese que todo lo que estaba viendo era verdad y no fruto de la desesperación de quien luego, más tarde, confesaría que todo fue un falso complot para acabar con el poder de aquellos que le habían defraudado y que pretendían unirse a una nueva aventura que todo hacía presagiar que se iba a producir un triste y lamentable acontecimiento que cambiaría el destino de todos los valientes que quisieran ayudar a Xío, deberían elegir unirse a su ejército, sin embargo todo cambió en un instante, ante la penetrante mirada de Nikolovsky, quién, con su voz particular hizo que todos se pusieran firmes al unísono, como si de un mecanismo compenetrado se accionase en el cerebro de Chachotely, lo que iba a suponer una gran ventaja frente a los hechos que se iban a producir inmediatamente, pero nadie contaba con la llegada del general del ejército caucásico, un elemento muy peligroso que inevitablemente causaría el mayor de los males dentro del grupo. Pero estaban preparados para cualquier acontecimiento que se produjera, eran los mejores guerreros de la constelación satelital y los definía su gran arrojo y valor que unidos al gran arma letal que tenían como baza para la victoria, pero todo se frustró cuando por la colina comenzaron a bajar miles de espectros, flotando y amenazando a los bravos guerreros que allí se apostaban con sus armas listas para entrar en tromba en la ciudad y arrasar con todo lo que encontraban a su paso, pero los espectros causaron estragos a la embestida de Chachotely por el flanco derecho debido a que sus ataques se centraban en castigar a la infantería, taponando la caballería para que no pudiera avanzar en dirección hacia la falange. El plan parecía bueno, pero no contaban con varios asuntos que se debían haber resuelto antes, no habían previsto que los batallones de mercenarios de la costa se adentrarían hasta el centro de la llanura llena de cieno y zarzales cubiertos de nieve, que no impedirían que el grueso de las ordas bárbaras avanzaran sin pausa adentrándose en la retaguardia del general Nikolovsky, pero Chachotely no se iba quedar impasible ante tal amenaza, se alzó y sin más, comenzó a lanzar sus lanceros contra todo lo que se movia, exhauto ante tal panorama, mandó a sus arqueros disparar sin parar aunque hiriese a algunos de sus hombres más perdería sino tomase esa decisión.

A medida que la contienda avanzaba, los contendientes iban perdiendo interés en conseguir la victoria, solo unos pocos creían que se podría lograr aun sabiendo las repercusiones que la derrota traería consigo, la humillación de todos los seguidores del gran Nicolovsky se venían abajo como comprenderían más tarde. Pero al cabo de unos minutos, apareció por el desfiladero el gran Dayorowsky con sus aguerridos lanceros, que junto a Chachotely iban a dar un giro a la situación, logrando controlar la situación y revolviéndose contra las hordas del maligno traidor del imperio del Sol Naciente, con tan poca fortuna que dio un mal golpe de efecto, asestándose un mamporro con su propia espada, quedándose totalmente inconsciente. Sus más fieles soldados fueron enseguida a auxiliar a su líder, en breve se repuso y ordeno a sus huestes que iniciaran el asedio del castillo de aguas negras. Todo iba según se había planeado, con algún desconcierto entre las filas más aguerridas, pero con mucho valor siguieron adelante con el plan establecido de antemano.
En el otro bando era insostenible la presión que ejercía el líder de masas Roger, el legendario y archi-enemigo de todos los miembros de la Comunidad del Foro futbolero Comuniame, pero eso no era suficiente, era necesario forzar más la espera, para la aniquilación total.
Pero Roger un tipo raro y deforme en algunas extremidades inferiores, deseaba tener siempre metido el cazo en el puchero y en esta ocasión consiguió acercarse a Nikolowski y Bizenoff, pero fue una argucia para poder ponerlos mirando a cuenca, el dolor era insufrible, pero descubrieron que tenía un gustito especial, lo que hacía que todo lo planeado cambiara repentinamente. Así pues, se prepararon para una nueva orgía, en la taberna del gran Jaslaviana se organizó un fiestorro para dar placer a todo aquel que salía del armario, Bizenoff y Nikolowski salieron corriendo de allí pero les aguardaba Roger en la puerta de carga del Halcón Milenario, se quedaron estupefactos ante aquel panorama. Sin embargo, sin que nadie mediara palabra, Nikolowski y Bizenoff, se subieron a la nave y pusieron rumbo a Chabarowsk quizas alli podrian escapar de Roger y su miembro descomunal. Pero los designios del destino, les tenían preparado una sorpresa, Roger ya estaba allí con los pantalones bajados y la cosa ondeando al viento como si de un gran monolito imponente se tratase, quizás si no hubiera bebido la noche anterior vería todo más claro, pero le daba igual 8 que 80, así que se puso manos a la obra y empezó abriendo una lata de vaselina fina, cosa que sorprendió a los allí presentes que miraban atónitos tal monstruosidad. De repente, apareció por el pasillo, la Rebe y Mario Vaquerizo...

Todo parecía muy extraño, como si de un sueño se tratara. Aún así, no decepcionaron, la presión de Roger iba creciendo sobre el resto de componentes del grupo y la tensión sexual no estaba resuelta, ni mucho menos, se palpaba en el ambiente un como que aquí, se ha fumado algo o se ha bebido algo, de repente Roger se subió los pantalones rápidamente al divisar cómo se acercaban dos guardia civiles con tricornio capa y espada..¡¡alto, ¿quien va?!! gritó uno de ellos con la escopeta encarada y con el puñal entre el mostachón que tenía por bigote. Roger, respondió:"Soy yo"  y de repente sacó su carnet del Moralzarzal que rompió en mil pedazos y acto seguido se avalanzó sobre ellos con la intención de ponerlos en fila y mirando para la A-1, pero por la espalda le tocó algo frío y duro era Chachowsky se queria unir a la fiesta, pero con un puñado de deformes que no hacían más que instigarle y buscarle las cosquillas, así que decidió emprender la marcha, tenia pendiente una cita con toda su gente para reorganizar la tomatina de Argamasilla, pronto vió que en Buñol la concentración de barrancos era elevada, madre como esta la peña, pero con la taja no acertaba a encontrar el camino. De pronto, vió unas  lucecitas de colores parpadeantes que se parecían a las de la guerra de galaxias pero no lo eran, era la entrada de la cueva de la horda de oro de Rusia, que lindaba con la gran logia oscurantista de los hijos la luz eterna. De pronto, una niebla tenebrosa inundó todo el valle, la gente caía desmayada al suelo, nadie se pensaba que Sverovski tuviera el poder de manejar a toda la saga de Nicolovsky, pero no era él, era el voluptuoso Roger con su prominente espolón apuntando al norte. De pronto, todos se alzaron en armas en busca de sangre, más y más turbio,  oscuro, pero desde el malvado bastión de los seguidores de la noche surgían las espadas encendidas en el horizonte del valle de la muerte, con la tenebrosa visión del maligno ser que atemorizaba a los pobladores de Cabra, los tenia que poner mirando a poniente, por que para Cuenca no era posible. De pronto, sin mediar palabra, todos a una cantaban para ahuyentar el miedo que las tropas de Xío acumulaban tras tantos días de pesadumbre. Sin embargo, quedaban tres luchadores que aun no estaban dispuestos a ceder ni un solo paso al malvado y cruel esbirro de Roger con su descomunal armamento. Las fieles huestes del gran Chavalosvki se cernían sobre la marabunta de guerreros de Xío que intentaba hacer una emboscada en el paso de Despeñaperros, refugio del bandolero El Tempranillo, aunque lo cierto es que ese paso estaba vigilado por una avanzadilla de los esbirros del malvado tirano que infundía el terror por donde pasaba. Sin mediar palabra, hizo una hoguera y comenzó a guisar las entrañas de sus enemigos. El olor era dulce y con tintes de aroma infernal pero eso no era óbice para atraer sus deseos hacia la sed de sangre y ganas de una Chicken Burger, nombre en clave de la malvada tropa que comandaba el lugarteniente Alopenskilov desde su guarida. El ambiente estaba enrarecido, demasiada cerveza hacía que se nublase la vista por momentos y que aumentaran las ganas de meter la cabeza bajo el agua. De pronto, a lo lejos, se podía distinguir la silueta de algo que parecía ser una estampida de bisontes, pero no te confundan los cuernos agregaba el lugarteniente de la guarnición, mientras acariciaba su calva testa. Era una horda de vikingos con cascos engalanados de parabólicas y eran los administradores de zona. De pronto, un fuerte estruendo, la tierra se estremeció y apareció de entre una nube..........un rayo de sol [oh oh oh]... y ¡zasca!, un bofetón arriero. Ni así el espolón de Roger, ni el de los demás pudieron acariciar las mieles del éxito que se avecinaba sobre el teniente caraanchoa, ¡Que hostia !, se merecía un buen recibimiento, ¡y tanto que lo tuvo! Se preparó un gran festín para compartir con sus allegados. Llevaron bueyes siete, siete carneros y siete corderos; pero son cinco las palabras que solamente le bastaron para con dos y cuatro chistes muy malos, ambientar la fiesta hasta después de la cena. Sacaron los cuchillos y comenzaron a comer y beber como si fuera lo último que iban a saborear, con avaricia y descaro, hasta saciarse. Sin más, se levantaron y empezaron a gritar y a dar mamporros a todo ser viviente que encontraban en su camino, sin mediar palabra, colgaron a los pobres desgraciados que iban encontrando a su camino y como si nada pasara, los aniquilaron completamente. Eran una banda de desalmados a los cuales no les molestaba en lo más mínimo arrebatar una vida. Su objetivo no era otro que ir socavando la moral de sus archienemigas huestes del gran Chavalosvki. Sus planes iban saliendo como la seda, aunque algunos no habían llegado al festín, pronto empezarían a sentir la furia contenida de las hordas de zombies acercándose hacia ellos, pero tenían la solución, matarlos uno a uno, poco a poco o llevarlos de botellón para embriagarlos y poder controlar sus sin sentidos y muertos cerebros que de nada les sirven, o eso se creían ellos, porque no estaban muertos, estaban tomando cañas en la posada del tio Nikolovsky al cual no le importaba pagar unas rondas para conseguir sus propósitos, acabar con el malvado brujo y con todos sus secuaces. De pronto, apareció en el bar de luz muy oscura, una silueta que parecía la mujer mas bella de todo el condado, pero no era una mujer, era un sicario que había sido contratado para eliminar todo rastro de los pocos que aun quedaban moribundos, malheridos, distraídos y confiados. La situación se estaba complicando mucho. Pero de pronto, todo cambió, hizo su aparición el gran Wyoming, Sandra Sabates, Dani, Thais.....y por fin Lucía Lapiedra.  El ambiente se fue calentando por la repentina aparición de Nacho Vidal que sacó el mata gigantes como el que saca un almanaque de un saco, haciendo caso omiso de los incrédulos, dijo: "Estoy aquí cabrones". Acto seguido el cielo se estremeció al ver semejante instrumento, no os puedo dejar solos, volvió a exclamar, y entonces con mucha calma despejo la zona a mamporrazo limpio.

No se habían visto peores escenas de violencia desde la trifurca que montaron los esbirros de Nicolovsky en el bareto aquel de mala muerte que servían las copas con el rabo. ¡Qué tiempos aquellos!¡Dios! parecía que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para ellos. De pronto, se abrió la puerta estelar que llevaba a otro mundo paralelo donde Nicolovsky hizo una aparición estelar.

Mientras en el cinturón exterior, rodeado por una horda de sus más fieles guerreros, se apresuraban en preparar las naves para huir como ratas y llegar al bareto donde había WIFI alta velocidad y aperitivos. También te ponían una tapa y medias suelas en la que se podía ver como el zapatero iba clavando tachuelas mientras cantaba "singin' in the rain". De pronto, se oyó un estrepitoso golpe que dejó absortos y boquiabiertos a los allí congregados. Apareció sin más, el mejor de los vasallos de Bizenok que se incó de rodillas y pidió a los allí congregados que se alzaran y levantaran sus jarras de tintorro y brindaran con él, para dar gracias a su líder, su gran benefactor, su guía espiritual, su luz en las tinieblas, ese espíritu que hace que los más intrépidos den un paso adelante para dejar claro de que son los elegidos para la gloria. Xío quedaba perpleja ante aquel dispendio de virilidad que se respiraba en aquel ambiente tan cargado de feromonas masculinas que le iban a ir bien para sus propositos más inconfesables.

Xio empezó a imaginarse como seria todos en pelotas y empezó a tocarse sus partes nobles... De pronto, irrumpió en la sala, con aire de superioridad, con prepotencia, era el macho alfa de las huestes, el paladín de la mejor tierra que existía al norte de Despeñaperros, pero había un pequeño gran problema, era gay.

La decepción de Xio fue muy grande, ella ya se preparaba para el gran asalto y al final se quedo en una masturbación intensa, pero le produjo tal orgasmo que los ojos se le quedaron vueltos. "No se había perdido todo", pensó. En otra ocasión las cosas le saldrían mejor.

La noche cubría con su tupido manto todo el lugar, el silencio era propicio para que los depredadores salieran a merodear. Todo estaba tranquilo, de pronto, se oyó el crujir de unas ramas al partirse, caían unas detrás de otras, una lechuza dejó oir su siniestro canto, presagio de muerte. La niebla se iba formando con una densidad nunca antes vista por esos lares. La situación se hacía del todo insostenible, inquietante, tal vez. De cuando en cuando, venían desde la profundidad de la hondonada unos rugidos que hacían estremecer a los fornidos guerreros de los bastiones allí presentes. La tensión iba en aumento y las huestes empezaban a impacientarse.

De pronto, apareció ante ellos una horripilante bestia que les dejó totalmente helados, era la cara desfigurada del "bicho", si, Piscinaldo intentando huir de Hacienda. Huía como un cobarde, no afrontaba la situación como un hombre. En la huida, destrozó vehementemente los anhelos e ilusiones de los merengones. No había duda, otro ídolo con los pies de barro.

El día empezaba a despertar, una paz supreficial se adueñó del lugar. Parecía el presagio de algun nuevo problema. Siempre acontecia alguna desgracia que aguaba la fiesta. Las huestes se concentraban por todo el valle, preparandose para iniciar su ruta hacia el puerto, donde embarcarían rumbo a una nueva aventura.

FIN DEL CAPÍTULO,  CONTINÚA AQUI...

Salud y larga vida
Para agradecer
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